Del Uni a la invasión

AutorCANCHA / Staff

El amanecer de ayer fue diferente.

La luz del día aún no aparecía, pero ya se veía "alumbrado" San Nicolás con los colores amarillo y azul de los Tigres.

Y es que desde temprana hora, miles de aficionados auriazules llegaron al Estadio Universitario para iniciar la invasión felina rumbo a San Luis Potosí.

Unos 250 autobuses estaban en el estacionamiento del Uni esperando a ser abordados por los fans de Tigres, entre ellos muchos jóvenes integrantes de los Libres y Lokos, quienes mataban el tiempo ya sea jugando futbol, charlando y algunos desayunando.

"Vamos bien preparados, en familia, con botana y comida y los celulares bien listos para matar el tiempo en el viaje hasta San Luis", expresó el aficionado Neftalí Orozco antes de subir a uno de los primeros autobuses que partieron de CU cerca de las 8:30 horas.

La Policía Federal, que montó un operativo para escoltar el convoy de autobuses desde Nuevo León hasta San Luis Potosí, cuidó en todo el camino a los regios.

"Es un operativo en el que estamos involucrados todos: elementos de Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí. Estimamos que el regreso sea a las 6 de la mañana del domingo con un operativo similar al de la salida", dijo una fuente allegada a la Policía federal.

La carretera rumbo a San Luis comenzó a pintarse de amarillo y azul y una de las primeras paradas de los regios fue en Matehuala, donde compraron algo para tomar y comer.

En el kilómetro 28.5 de la carretera federal 57, cercano a la comunidad La Tinaja, las autoridades potosinas montaron un retén de unos 200 elementos policiales, entre estatales, municipales y federales, quienes les explicaron a los choferes las indicaciones a seguir en San Luis.

"Los vamos a escoltar con mucha seguridad. Sólo vamos a esperar a que se junten cuatro autobuses y de cuatro en cuatro los vamos a llevar al estadio", le indicó a los choferes Mauricio Ordaz, jefe de Tránsito.

Ya en San Luis, la invasión felina era inminente.

Los poco más de 20 mil aficionados regios de Tigres estaban por todos lados con los colores amarillo y azul, ya sea en su camisa, chamarra, bufanda, bandera o hasta en un "trapo".

Decenas de autos circularon por las avenidas principales, mientras que a pie, los feligreses felinos se sentían como en casa.

"¡Tigres, Tigres!", era el grito cuando coincidían los diversos grupos de aficionados felinos.

Los habitantes de San Luis sólo observaron con extrañeza y simpatía la invasión regia, que llenó restaurantes, bares, estadio... ¡y...

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