“Un maestro y un amigo le salvaron la vida a Édgar”

(9 del Tercer Presupuesto; MATERIAL EXCLUSIVO PARA MEDIOS IMPRESOS. QUEDA PROHIBIDA SU PUBLICACIÓN EN INTERNET)Cristina Pérez-Stadelmann

MÉXICO, D.F., noviembre 15 (EL UNIVERSAL).- Édgar tiene 19 años y estaba a 12 meses de recibirse como maestro normalista en la Escuela Normal de Ayotzinapa, pero su historia cambió del todo la noche del 26 de septiembre pasado, al recibir un balazo en la cara que en principio lo llevó a estar entre la vida y la muerte en terapia intensiva en el Hospital General de Iguala, Guerrero.

Esa noche, Édgar salió de la normal para ayudar a sus compañeros de primer semestre que estaban boteando y se enfrentaron a policías. En ese primer enfrentamiento hubo un herido, y después el balazo en el rostro de Édgar.

Él ingresaría luego a dos cirugías urgentes en un hospital especializado en la ciudad de México, y ahora está en un cuarto convaleciente con una traqueotomía y sin poder hablar, pero ya lejos del hospital y en recuperación con la asistencia constante de su padre, su madre, dos hermanos y una prima, además de una enfermera que lo asiste de 8 de la mañana a 8 de la noche todos los días.

Por el momento Édgar vive en un cuarto y sus padres en otro justo cruzando la calle. La familia pide que los reúnan a todos en un mismo lugar a la brevedad.“Esto iba a ocurrir el lunes pasado, pero se canceló por parte de Gobernación, no sabemos por qué”.

En ningún momento puede estar sin compañía, no sólo porque Édgar requiere de la asistencia constante de médicos, enfermeras y su familia, sino porque también entra en ataques de pánico por lo ocurrido aquella noche y por la desaparición de 43 de sus compañeros de la Escuela Normal de Ayotzinapa.

Junto a su cama hay un tanque de oxígeno por si llegara a faltarle el aire durante alguno de estos probables ataques; en su buró un libro de Mahatma Gandhi que le regaló su padre, el maestro Nicolás, quien viajó 24 horas desde Oaxaca hasta Iguala para encontrarse con su hijo en terapia intensiva la mañana del 28 de septiembre.

Édgar Andrés Vargas es hoy uno de los sobrevivientes del caso Ayotzinapa y no había querido ver a nadie que no fuera su familia, hasta el día de este sábado que decidió recibir a EL UNIVERSAL. Hoy, su único propósito es que se escuche lo que sus padres y familia quieren denunciar.

Nos da cinco minutos para verlo. Al preguntarle si hay algo que él quiera decir o denunciar, primero niega con la cabeza y baja su mirada, pero después de unos segundos coloca su mano en...

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