Ultimos retos de Juan Pablo II

AutorJavier Garza

Si alguien quiere ver al Papa Juan Pablo II muy de cerca, sin tumultos ni amontonamientos, la manera más fácil es estar este miércoles en Bakú, la capital de Azerbaiyán.

No es fácil explicar por qué Juan Pablo II inicia una visita pastoral a un país donde sólo hay 120 católicos, 4 sacerdotes y una parroquia. Y sin embargo, el Papa inicia el 22 de mayo un viaje a la ex república soviética de Azerbaiyán. Dos días después, el Pontífice irá a Bulgaria, donde sólo 80 mil de sus 7 millones de habitantes son católicos, y donde no hay más de 110 sacerdotes de este rito.

Esta visita pastoral -la número 96 de su Pontificado- sólo se explica en la recta final del reinado del Papa. Es parte de una tarea que ahora lo absorbe, su último gran desafío: acercar a la Iglesia católica con la Iglesia ortodoxa.

No es fácil. Separada de Roma desde el Siglo 11, la Iglesia ortodoxa ha mantenido un conflicto y desconfianza constante hacia el catolicismo. Por eso, los últimos viajes de Juan Pablo II se inscriben en la intención de acercarse con quienes llama "el otro pulmón del cristianismo". En 1999 fue a Rumania, un país dividido entre un occidente católico y un oriente ortodoxo. En el 2001 fue a Ucrania, que tiene la misma división religiosa que los rumanos. Ese mismo año fue a otros tres países con fuerte tradición ortodoxa: Grecia, Kazajistán y Armenia.

Sus viajes no han sido bien recibidos por el Patriarcado de Moscú, una de las más poderosas facciones de la Iglesia ortodoxa. El Patriarca Alexei II piensa que Juan Pablo II hace un proselitismo indebido pretendiendo llevar a ortodoxos a la comunión con Roma. Estas objeciones hacen que la intención final del Papa parezca algo descabellada: con estos periplos por los antiguos dominios del Imperio Bizantino, Juan Pablo II quiere en realidad conseguir una invitación de Alexei para visitar Rusia, uno de sus más grandes anhelos y, probablemente, el viaje que nunca podrá realizar.

Bulgaria y Azerbaiyán son la continuidad de sus viajes del 2001. Al igual que Rumania, Bulgaria es un país que estaba detrás de la Cortina de Hierro. Ucrania, Kazajistán y Armenia son antiguas repúblicas soviéticas, como lo es Azerbaiyán, y aunque ahí la mayor parte de la población es musulmana, la cercanía con Rusia es lo que cuenta.

Las iglesias ortodoxas en estos países mantienen fuertes lazos con Moscú. El viaje que el Papa inicia el miércoles tiene toda la intención de acercarse a Rusia, cuya autoridad dentro de la esfera ortodoxa ha...

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