El último pintor religioso

AutorAlejandro Alvarado

Si cierra los ojos una vez, quiere decir que sí; si lo hace dos veces, que no, explican las enfermeras.

Don Alfonso de Lara Gallardo tiene 15 años en el asilo de la Casa del Adulto Mayor. Hace tiempo que no habla, y después de varios derrames cerebrales, su salud menguó al grado de que apenas se mueve.

Cumple 90 años de edad, el proximo lunes, se trata de un artista al que se le reconoce su habilidad como dibujante e ilustrador, el principal promotor de la acuarela en la Escuela de Artes de la UdeG, pero sobre todo, es considerado el último pintor religioso del Estado.

UN PINTOR MÍSTICO

Si bien hay pintores que abordan temas religiosos, ninguno lo hace con la fe que caracterizó el trabajo de De Lara Gallardo, opina el investigador Javier Ramírez.

"Estaba convencido de penetrar en lo místico, en lo más profundo de su fe, él no quería sólo ilustrar a Cristo, sino ir mas allá de la representación: en ese sentido es el último pintor místico o pintor religioso", señala Ramírez.

Para el investigador, como acuarelista De Lara Gallardo es uno de los grandes técnicos insuperables, con un legado importante tanto en obra como en alumnos. Formó artistas como Jorge Monroy y Luis Eduardo González, destacados por su trabajo en acuarela.

"Debo reconocer que yo recibí una fuerte influencia, todos los conocimientos del maestro, aunque ya, directamente sobre las pinturas no es tan evidente, mi pintura no podría parecerse a la del maestro, pero todos sus conocimientos acerca del color (están ahí)", admite Monroy.

Jorge Navarro, quien fue director de la Escuela de Artes de la UdeG cuando De Lara Gallardo era profesor, lo recuerda como el gran defensor y promotor de la acuarela.

"En ese tiempo que no había plan de estudios y a nosotros nos tocó ponerlos, se puso la acuarela dentro de la enseñanza, y había un maestro que decía que la acuarela era una subtécnica, le afectó mucho anímicamente a él", narra Navarro.

Para el propio De Lara Gallardo, su máxima obra fue el mural del Templo de San Bernardo, que en 640 metros cuadrados presenta los distintos pasajes de la Biblia y un Cristo resucitado, como siempre lo pintó.

"Él hablaba de 20 años de hacer bocetos para el mural. Se inauguró a principios del 2000. Trabajamos un poco más de dos años, siempre bajo su dirección", expresa Monroy, quien junto con González, colaboró en el proyecto.

El artista es el décimo de los 12 hijos que tuvieron Antonio de Lara, un señor reconocido por su bondad, y Felícitas Gallardo, una...

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