Turistas desbordan 'playas privadas' de Cancún

CANCÚN, QR., abril 3 (EL UNIVERSAL).- Pese a los llamados de la autoridad para prevenir el contagio de coronavirus, turistas nacionales y extranjeros, al igual que habitantes de la zona, desbordaron playas de Cancún sin cubrebocas, sin sana distancia y, en muchos casos, con consumo alcohol.

El frenesí de la fiesta en medio de la pandemia por Covid-19 es amenizado por grupos de banda que compiten con la música electrónica de los clubes de playa privados, donde también se muestran hombres abrazados, familias enteras sin cubrebocas y jóvenes con cartones de cerveza en mano.

En México no hay restricciones de ningún tipo para recibir a turistas extranjeros. Ninguno tiene que presentar una prueba que demuestre que no tienen Covid-19, enfermedad que el año pasado desplomó la actividad turística. Las operaciones programadas para este Sábado de Gloria en el Aeropuerto Internacional alcanzan un total de 479, de las cuales 241 son vuelos de llegada y 238 de salida; del total, 148 son arribos internacionales.

La ocupación hotelera en Cancún, principal destino receptor de turistas internacionales, junto con Riviera Maya, rebasa el 65% en sus más de 35 mil cuartos operando, con alrededor de 57 mil visitantes del país y del extranjero, de acuerdo con cifras de la Asociación de Hoteles de Cancún.

Apenas el jueves pasado, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, quien cada semana amenaza con recrudecer sanciones para quienes violenten límites de aforo y medidas de prevención sanitaria, informó que destinos como Tulum -en permanente desobediencia- registra un aumento del 200% en casos de Covid-19.

En Cancún, la resistencia a cumplir las reglas y aprovechar la ausencia y el desorden son palpables pues en cada metro cuadrado de Playa Gaviota Azul o Playa del Forum, como se le conoce entre la población, el recibimiento es con un mini "beach club" repleto de bebidas alcohólicas a la venta. El acceso está parcialmente bloqueado por un camastro, arrumbado a un costado. La gente entra y sale con o sin cubrebocas; sobria o alcoholizada.

A escasos metros se observa la torre del guardavidas, bloqueada por músicos de banda y, en línea recta rumbo al mar, se encuentran los suficientes camastros y sombrillas suficientes para entorpecer el paso al guardavidas en caso de haber una emergencia.

A un costado izquierdo, la música del Club de Playa del Mandala, con el volumen a tope, ordenó a su personal colocar una serie de postes de madera unidos por un cordón...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR