Tula, la ciudad de Quetzalcóatl

AutorLuis Romo Cedano

Esta zona arqueológica del Altiplano central ostenta múltiples vestigios arquitectónicos y escultóricos del esplendor atribuido a los toltecas Es un destino obligado en el Altiplano para el turismo arqueológico, y Tula puede ser vista como la "segunda mejor" zona arqueológica de la región, después de la magnifica urbe de Teotihuacán.

Si se hace una comparación, la zona hidalguense no tiene forma de salir vencedora; los investigadores siempre han reconocido su menor refinamiento y grandiosidad frente a la "Ciudad de los Dioses".

No por nada hasta bien entrado el Siglo 20 se identificaba el glorioso pasado tolteca con esta otra ciudad, y fueron necesarios trabajos arqueológicos en 1941 para confirmar que Tula fungió como la antigua capital de este pueblo; sin embargo, Tula es por muchas razones incomparable.

Los numerosos rasgos que reflejan su antiguo esplendor como gran metrópoli son únicos, y en conjunto hacen de ella una zona arqueológica insustituible lo mismo para quien hace paseos familiares, que para el devoto del pasado mesoamericano.

Historia dramática

Según diversos relatos nahuas, Tula fue fundada por Quetzalcóatl, también llamado Ce-Acatl-Topiltzin, a principios del Siglo 10. Este Topiltzin era hijo de Mixcóatl, el líder que guió a los toltecas-chichimecas en su peregrinación desde el árido norte hasta las fértiles tierras mesoamericanas.

Luego de deambular por distintos rumbos del Altiplano, y ya bajo la dirección de Topiltzin, los toltecas se establecieron en las márgenes de lo que hoy se conoce como el río Tula. Muy pronto la nueva ciudad se convirtió en la capital de un reino creativo y poderoso.

Los relatos hablan de la pugna entre Topiltzin-Quetzalcóatl y los hechiceros del dios Tezcatlipoca, de la que éstos resultaron vencedores.

Quetzalcóatl partió humillado al oriente y Tula sufrió así su primera crisis de decadencia, presuntamente hacia finales del mismo Siglo 10. Tula se convirtió entonces en un reino cruel y militarista hasta su desaparición a mediados del Siglo 12, con la emigración y muerte de su último gobernante, Huémac.

Las visiones antiguas y modernas describen la historia de Tula y los toltecas como un periodo de gran auge cultural, antecesor de todos los florecimientos tardíos de Mesoamérica, y especialmente del de los aztecas.

La zona es de algún modo testigo de estas atribuciones y también de la continuidad cultural con Teotihuacán. Muchos elementos arquitectónicos y escultóricos de Tula tienen grandes...

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