Trump convierte el 4 de Julio en una oda al ejército

Víctor Sancho, corresponsalWASHINGTON, EU, julio 5 (EL UNIVERSAL).- La fiesta del Día de la Independencia que se organizó Donald Trump siguiendo sus deseos fue una oda al ejército y el patriotismo exorbitante, un militarismo totalmente nuevo en una fiesta del 4 de Julio tradicionalmente de carácter civil y apolitizada.

"El futuro de Estados Unidos recae en los hombros de las fuerzas armadas dispuestas a defendernos", dijo el mandatario en un discurso frente al histórico e icónico monumento a Lincoln. Aunque no pudo tener el desfile militar a la francesa que deseaba, pudo desplegar varios aviones de guerra que sobrevolaron un cielo de Washington que, tormentoso, estuvo a punto de aguarle la fiesta.

El acto fue tosco, aburrido. En su particular Saludo a Estados Unidos se dedicó a hacer un repaso y alabar todas las ramas de las fuerzas armadas, prometió regresar a la luna y "plantar" la bandera de EU en Marte cuanto antes, e hizo un llamado para que los jóvenes se alisten al ejército.

Lo que más abundaron fueron las arengas patrióticas, respondidas con grandes aplausos y vítores por una masa que parecía salir de cualquiera de sus mítines electorales. "Mientras nos mantengamos fieles a nuestra causa, mientras recordemos nuestra gran historia, y mientras no dejemos de luchar por un futuro mejor, no habrá nada que Estados Unidos no pueda hacer", dijo.

"Nuestra nación es más fuerte que nunca", aseguró Trump. "No olvidemos nunca que somos estadounidenses y el futuro...

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