True Blood: Los vampiros nunca fueron tan sexys

AutorRaymundo Zamarripa

Los vampiros están de vuelta. Pero olviden por un momento los gimoteos adolescentes que inundarán las salas de cine a causa de Robert Pattinson y compañía, y pongan atención a los amenazadores diálogos y sensuales jadeos que harán explotar la pantalla chica con True Blood.

El show creado por Alan Ball (ganador del Óscar al Mejor Guión Original por Belleza Americana) inicia esta noche la transmisión de su tercera temporada por el canal de paga HBO.

"Habrá sexo y violencia, aunque no sé si haya más que antes. Y habrá lobos, lobos de verdad; son hermosos. Me alegra no haber optado por lobos generados por computadora, como los de Crepúsculo, porque se ven chafas", afirma Ball en entrevista en sus oficinas de Los Ángeles.

Ahora que Sookie Stackhouse (Anna Paquin) ha bebido de la sangre de Eric Northman (Alexander Skarsgård), no dudamos que el vínculo que los une comience a estrecharse y haga que la rubia caiga ante el cínico encanto del vikingo.

Sin embargo, son los negocios sucios del patrón de Fangtasia los que lo mantendrán al filo del peligro y le harán ganar importancia en el show, para mayor desagrado de Bill Compton (Stephen Moyer).

De lo bueno... ¡mucho!

En el programa, la relación entre vampiros y humanos es el tópico que enciende el debate entre políticos y líderes de opinión (ficticios), lo mismo que alimenta los temores y el odio de quienes ven en los colmilludos al enemigo público número uno de la humanidad.

Al tomar ventaja de la ambigüedad de lo que en nuestros días puede significar "ser vampiro", los temas que inquietan al equipo de creativos encabezados por Ball hacen que en la producción de True Blood cada personaje, cada historia y cada elemento tenga una explicación política, dramática y literaria tan abierta como la quiera ver el espectador.

Homofobia, xenofobia, racismo, fanatismo religioso, tráfico y consumo de drogas; los temas que ocupan a la sociedad actual están todos ahí, si es que quiere encontrárseles.

Si no, todo se reduce a un relato fantástico en el que vampiros, humanos y otros seres sobrenaturales conviven y lidian con los problemas y las circunstancias que pueden afectar a cualquier comunidad.

Al contrario de otros shows de corte "sexy", en esta serie no se explota el cuerpo de la mujer y, si bien la desnudez femenina es una constante (como lo comprueban las candentes secuencias entre Bill y Sookie), son las anatomías de las estrellas masculinas las que gozan de mayor libertad de acción a cuadro.

A partir de...

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