Tribuna no falló; se pintó de azul

Sólo faltó el triunfo para que Cruz Azul pudiera, con toda autoridad, llamar casa al Azteca.

Las tres barras americanistas, reunidas por primera vez, y del lado visitante, fueron mucho más ruidosas que la Sangre Azul y los otros grupos de animación cementeros, pero no ocurrió lo mismo con el resto del estadio.

Si bien en principio podía apenas deducirse que los celestes llevaron más aficionados al inmueble, la lectura de las alineaciones lo dejó claro, pues hubo sonoras ovaciones para los azules y rechifla para los azulcremas.

La mayor parte del encuentro eran los cánticos americanistas los que...

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