En el tren de la crónica

AutorAbraham Vázquez

Le gustaba conversar de frente con el pasado. El "Señor Pasado", como le llamó alguna vez cuando se le apareció.

-Permítame presentarme. Soy Celso Garza Guajardo, soy el cronista del pueblo que hoy se denomina Ciudad Sabinas Hidalgo. ¿Y usted?, ¿quién es usted?

-No tengo nombre específico ni tengo edad ni lugar. Soy el pasado. Si gusta me puede llamar Señor Pasado, yo le llamaré a usted Señor Cronista.

Llamado "Quijote de la Crónica", Garza Guajardo ejerció su oficio sin preocuparse por los títulos.

Criticado por algunos historiadores, quienes despreciaron su ejercicio de recolectar las pequeñas historias de los pueblos, el sabinense defendió sus empeños de subir al tren de la historia a todos y a todo lo que pudiera y se dejara.

Se ocupó de personajes, costumbres y hasta recetas que habitaban con un pie en su memoria y otro en el noreste mexicano.

Hoy a 10 años de su muerte, la relectura de su obra por historiadores y cronistas pone de relieve el arte de un cronista que supo rescatar lo popular y reforzar la identidad regional.

AÑORANZA DE LLUVIA

"Zaragoza y su acordeón", "María Inés y Panchita López" y "La tumba de un General" suenan a nombres de corridos, pero en realidad son títulos de crónicas de Garza Guajardo.

Escritas desde los 80 y hasta un día antes de su muerte, en el 2000, el grueso de las crónicas del autor que vivió 56 años surgió con la alevosía de ganarle la mano a la desmemoria.

Si alguien quiere acordarse de personajes, oficios y lugares de Sabinas Hidalgo, sólo hace falta ir a los más de 80 libros y opúsculos que dejó en sus fatigas este autor.

Israel Cavazos, decano de los historiadores locales, recuerda que conoció al autor de "Personajes de la Aldea Perdida" a finales de los 70 en el Archivo Histórico del Estado.

"Advertimos entonces en él una rara vocación por entrar en el pasado de nuestra región. De nuestra región que él definiría de ríos lánguidos y pedregosos, de arroyos que añoran lluvias y de ojos de agua que palidecen", dice en un texto incluido en la reedición de "Aquellos Años que Soñé" (UANL).

Quienes conocieron a Garza Guajardo saben que llegó, al sentarse a platicar con el Señor Pasado, apoyado de dos fuentes: los relatos orales que escuchó de niño y su militancia comunista de juventud.

Egresado maestro normalista, llegó a ser el miembro más joven del Comité Central del Partido Comunista Mexicano. Su militancia duró más de una década.

Eran tiempos en que el marxismo era visto como escuela de interpretación...

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