Traza cartografía de artes digitales

AutorIsrael Sánchez

En 1985, en la Galería del Auditorio Nacional podía apreciarse un montaje con imágenes de noticieros, anuncios, escenas de tortura en Sudamérica y guerrilla, con una textura de movimiento agregada, y sonorizado con gritos de mujer y ruido blanco de televisión.

Se trataba de ¿Retrato de televisión (o como en TV)? 1984-1985, instalación en el Salón de Espacios Alternativos, dentro del Salón Nacional de Artes Plásticas del INBA, con que Emmanuel Lubezki, Rubén Ortiz y Diego Toledo reflexionaban sobre cómo los medios de comunicación masiva, en este caso la pantalla chica, manejaban la información y la saturación de imágenes en la sociedad de consumo.

Tal propuesta, realizada mediante descomposición y postproducción de imágenes, es apenas un ejemplo dentro de la copiosa tradición de cruces, alianzas e hibridaciones entre las artes plásticas canónicas del País -pintura, grabado, escultura, dibujo y fotografía- y tecnologías electrónicas como la fotocopiadora, el fax y el video, y, posteriormente, tecnologías digitales como la computadora o el propio uso del internet.

Una historia que ha sido generalmente marginada, considera el filósofo y doctor en historia del arte Jesús Fernando Monreal Ramírez (CDMX, 1972), quien ahora la recupera en su reciente libro Máquinas para descomponer la mirada. Estudios sobre la historia de las artes electrónicas y digitales en México, publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Lerma, y Juan Pablos Editor.

"Es una historia que no se ha contado porque, en la historia de México, el arte se llegó a pensar todavía hasta los años 90 como un arte culto; un arte que no se contaminaba con los medios de comunicación, que no se vinculaba con cuestiones como el uso de la televisión o, por ejemplo, la computación. Entonces, durante mucho tiempo se marginó", relata en entrevista telefónica el profesor investigador del Departamento de Artes y Humanidades de dicha casa de estudios.

Junto al recorrido genealógico sobre la evolución de estas artes en el País, específicamente en las décadas de los 80 y 90, y los primeros años del siglo 21, Monreal Ramírez busca mostrar que tales prácticas también son indiciales de la introducción en México de un capitalismo de corte inmaterial denominado capitalismo cognitivo, donde los trabajadores son intelectuales que venden su creatividad y suelen laborar con computadoras.

El volumen, presentado en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, parte de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR