Un trastorno de mucho cuidado

AutorYedid Padilla

Para muchos padres, presenciar los primeros pasos de su hijo o escucharle decir "papá" o "mamá" es algo que puede tomar más tiempo de lo normal, sobre todo tras el diagnóstico de una parálisis cerebral, trastorno neurológico que afecta funciones básicas, como el movimiento.

Esta discapacidad infantil es una realidad que no respeta sexos ni estratos sociales; y se estima que a nivel mundial ocurren tres casos por cada mil niños nacidos vivos.

Y a pesar de todos los avances en el cuidado obstétrico, esta proporción se ha mantenido estable.

Mario A. Coronado Garza, neurólogo pediatra, señala que la parálisis cerebral es un trastorno que afecta el movimiento, que no es progresivo y que ocurre como consecuencia de una lesión cerebral.

Aunque la alteración es principalmente motora, puede asociarse con otros problemas de la función cerebral, como el habla, la conducta o el aprendizaje.

Esta lesión ocurre en las etapas más importantes del desarrollo cerebral del niño, desde los últimos meses del embarazo y hasta los primeros tres años de vida.

Sin embargo, pasando este límite de edad, el pequeño no queda del todo exento, pues pudieran presentarse también los mismos signos como consecuencia de un accidente, de un traumatismo o de infecciones severas.

Cualquier problema de salud que ponga en riesgo al cerebro por falta de sangre, oxígeno o de glucosa, explica Coronado Garza, puede provocar los signos de la parálisis cerebral.

Qué la ocasiona es una pregunta que presenta varias respuestas. En general se estima que una tercera parte de los casos se origina durante el embarazo, otra tercera parte en el curso del nacimiento y el resto en los primeros tres años de vida, señala el médico.

"Un antecedente frecuente en los casos prenatales es la infección urinaria en las madres. Las toxinas producidas por las bacterias que la causan pueden llegar a la sangre del bebé, alcanzar al cerebro en desarrollo y producir un proceso inflamatorio estéril que al final lesiona al cerebro", indica.

El problema suele pasar inadvertido, pues las molestias de una infección urinaria suelen confundirse con síntomas comunes del embarazo, como ardor u orina frecuente, entre otras, retrasando el diagnóstico y la intervención del especialista.

Una causa común de parálisis cerebral durante el alumbramiento es la desproporción entre la pelvis de la mamá y la cabeza del bebé, pues ésta se atora y, al empujar el útero para que salga, falta la oxigenación, desencadenando la lesión...

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