Trascienden en el deporte por el doping

AutorGustavo López y Juan Ramón Piña

Cuando lo miré, me di cuenta de que sus ojos estaban muy amarillos síntoma característico del empleo de esteroides. Este cab... lo ha vuelto a hacer, pensé...".

El anterior es un extracto del capítulo dedicado al velocista canadiense Ben Johnson por Carl Lewis en su libro autobiográfico.

"Al llegar aproximadamente a los 80 metros, con la línea de llegada volando hacia nosotros, volví a mirar a Ben y no estaba más cerca en absoluto.

"Seguía a un metro y medio de distancia de mí, se había mantenido así casi toda la carrera y supe que no podría alcanzarlo, maldita sea, pensé, Ben lo ha hecho de nuevo...", continúa el relato.

El resultado es más que conocido y es quizá el acto deportivo más bochornoso en la historia del Olimpismo Moderno.

El canadiense ganó la carrera olímpica de Seúl 88 con el increíble tiempo de 9 segundos y 79 centésimas, que aunque no válido, en su momento sirvió como récord mundial, apenas alcanzado el año pasado por el estadounidense Maurice Green.

Sin embargo a las pocas horas, Johnson se convirtió en el mayor foco de atención tras anunciar el Comité Internacional Olímpico su descalificación por haber usado esteroides pasando el oro a manos de Carl Lewis.

El mejor a cualquier costo

Ser siempre el mejor en cualquier especialidad es una de las preocupaciones más imperantes del ser humano.

En el caso de los deportistas muchos han tratado de serlo, pero desafortunadamente muchos lo han buscado por el lado menos conveniente: a través de las drogas prohibidas.

El uso de sustancias prohibidas ha llevado a atletas reconocidos a obtener logros impresionantes, tiempos récord, grandes resistencias y fortalezas más allá de lo que la noble naturaleza puede dar, y todo a cambio de fama, dinero estatus.

Un sinfín de casos de dopaje se han registrado en la historia del deporte mundial, incluso desde que éste nació como forma competitiva en los antiguos Juegos Olímpicos.

Milón de Crotona, el antiguo cronista olímpico ya daba cuenta de que los atletas en su afán de mejorar recurrían a formas poco convencionales de preparación.

Los saltadores, por ejemplo, comían carne de cabra y los boxeadores y lanzadores carne de toro.

Ya en tiempos mucho más recientes, 1876, se descubrió que patinadores especialistas en hielo aplicaban una especie de cera a los esquíes con el fin de facilitar el deslizamiento lo que resultaba en un menor esfuerzo.

Así, el doping fue apareciendo bajo formas empíricas y era campo exclusivo de osados curanderos, que...

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