Tras la tormenta, el saldo emocional

AutorBertha Wario

Con el sol, el lodo y el escombro pasan a un estado sólido. Lo que no termina por secarse es el estado emocional de quienes, al pie de la Sierra Madre, vivieron hace una semana los estragos de una tormenta que dejó muerte y destrucción en todos los sectores sociales.

Aquí dos historias que, más allá de lo material, revelan el saldo psicológico de quienes han vivido experiencias que jamás imaginaron.

Afectados, pero unidos

A la vuelta del receso por las Fiestas Patrias, Pablo llegó a su clase de música, y al verlo sin libros, la maestra le llamó la atención. Nunca se imaginó la respuesta que le daría el pequeño de 7 años, vecino de la Colonia Valle de San Angel, uno de los sectores de mayor plusvalía en San Pedro.

"Cómo quiere que traiga mis libros, si ni casa tengo", le contestó el niño.

No era una exageración infantil.

Pablo es integrante de la familia Landa Catán, y su hogar, donde vivía desde que nació, ya no es el mismo desde el domingo pasado, cuando un derrumbe dejó inhabitable la planta baja y sepultó el patio.

Lo malo es que el patrimonio de años, forjado con esfuerzo e ilusión, ya no existe. Lo bueno, añade Norma Catán de Landa, es que hoy tienen la oportunidad de platicarlo, una certeza que se reafirma al ver, en la nota roja de los últimos días, cómo se vistieron de luto varias familias.

"Todavía estoy buscando el por qué, con qué fin nos pasó esto, qué nos toca aprender; no en el sentido dramático de qué hice para merecer esto, sino cuál es la razón de que nos haya ocurrido a nosotros", añade.

Ella y su esposo José Manuel, padres de otros dos niños de 8 y 3 años, atestiguaron el momento en que los respiraderos del muro posterior de su construcción parecían una llave abierta.

Presintieron lo peor, y angustiados, subieron a las recámaras del segundo piso, aunque se aseguraron de que sus hijos no vivieran la escena.

Un estruendo aún más impresionante que el de un terremoto anunció la avalancha que arrasó con sala, comedor y jardín. Nadie más, sobre la calle Campos Elíseos, del Sector Francés, sufrió daños tan considerables.

Pese a las pérdidas y a que no niega un sentimiento de incertidumbre, Catán de Landa ahora está más segura que nunca de las cosas importantes sobre la balanza.

"Para nuestros hijos es una oportunidad de poner en práctica lo que en teoría tantas veces les hemos dicho, que lo importante es lo que uno tiene dentro.

"Dios me ha dado demasiadas cosas, esto lo tomamos como algo que, por alguna razón, todavía no...

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