Tras 19-S, el INAH no supo cómo afrontar la restauración

Alida Piñón

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 29 (EL UNIVERSAL).- Los sismos de 2017 fueron, sin duda, algunos de los desafíos más grandes que ha vivido el INAH en sus 80 años, pero, hasta ahora, los responsables de la reconstrucción del patrimonio dañado le ponen nombre y apellido a los retos que enfrentaron y que seguirán enfrentando en los próximo años. Reconocen que hubo una mala gestión en los primeros meses luego de los sismos, derivada del desconocimiento y de la falta de protocolos para acceder a recursos del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden) y del seguro contratado con Banorte; y afirman que hay poco personal capacitado para atender el gran universo afectado en 11 estados, que fue de 2 mil 340 inmuebles y de alrededor de 6 mil bienes muebles.

Una de las grandes dificultades que han arrastrado desde hace dos años es la gestión de los recursos. Los responsables de la restauración admiten que hubo algunos errores, por ejemplo: no solicitaron apoyo al Fonden para realizar proyectos de obra porque se les "olvidó"; y que los retrasos han provocado fuertes tensiones con la Iglesia y con las comunidades en donde han presionado fuertemente para que reconstruyan sus templos. Ahora existe una mejor relación y se tuvo que hacer un convenio con la Conferencia del Episcopado Mexicano para que hubiera una manera "más tersa", pero también se ha puesto sobre la mesa la corresponsabilidad de la Iglesia en el uso de los inmuebles.

De muchos inmuebles en zonas apartadas en los estados no se tenía siquiera registro de su existencia, otros no habían sido catalogados como monumentos históricos; tampoco se tenía claro cómo valuar los daños. La cantidad de afectaciones los rebasó y muchos de los cálculos del valor se hicieron a distancia con fotos de los inmuebles. A la fecha existen apuntalamientos endebles porque no pidieron suficientes recursos de las Acciones Preliminares Inmediatas (API) para solicitar las maderas, y es que en un principio no querían pedir más dinero del que se necesitaba y terminó siendo insuficiente debido al mal cálculo.

Por otra parte, los bienes muebles también han sido un gran reto porque, en su mayoría, fueron resguardados por las comunidades y, en muchos casos, el registro no está completo. Además, hasta ahora tienen al menos un registro del robo de una pintura de la Virgen de Guadalupe, pero temen que haya más conforme avancen en la catalogación. Los bienes dañados por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017...

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