Transita por sus manos el proceso del trasplante

AutorBertha Wario

Después de ser atropellado mientras conducía su bicicleta, el jovencito oriundo de un municipio rural nunca más despertó. Fue internado en el Hospital Universitario, donde días más tarde cayó en muerte cerebral.

Por su condición de analfabeta, los médicos se resistían a tocar el tema de la donación de órganos con el padre del menor. Vaya sorpresa que se llevaron cuando Irma de Osio Rodríguez, Coordinadora Hospitalaria de Trasplantes del Hospital Universitario, platicó con él.

Sin rodeos, le explicó que, bajo la condición clínica de su hijo, donde ya no circulaba sangre ni oxígeno al cerebro, sólo había que esperar a que su corazón se detuviera, pero que era el momento más oportuno para donar sus órganos.

"Me dijo: 'sí señorita, sí quiero. ¿Usted me está diciendo que mi hijo ha muerto, pero que sus órganos todavía sirven y pueden ayudar a otros? Tómelos, tome todo lo que sirva'", le contestó el hombre.

Horas más tarde, el corazón, riñones, córneas e hígado del muchacho comenzaron a vivir en otras personas.

Transitar entre la delicada línea del último aliento de un ser humano, y la sed de vida de otro que busca una segunda oportunidad, es el quehacer que, en la última década, ha desempeñado esta enfermera de profesión.

Aunque sus labores inician a las 8 de la mañana, de lunes a viernes, su horario de trabajo está sujeto al azar y al sonido del celular y del beeper que siempre lleva a la cintura. No son pocas las veces, sobre todo cuando hay un donador potencial, que recibe la madrugada en los pasillos del hospital.

Hoy, Día Nacional de Donación y Trasplante, Irma permite un acercamiento a su quehacer, donde la muerte se abraza a la vida.

II

Aunque oficialmente se creó la figura de la coordinadora hospitalaria de trasplantes hasta el 2000, por el Centro Nacional de Trasplantes, Irma se involucró en este quehacer años atrás. De hecho, su experiencia marcó la pauta para la formación de equipos similares, en otros hospitales del área metropolitana de Monterrey.

Era Coordinadora de Enseñanza de Enfermería, con licenciatura y experiencia en el extranjero en cuidados intensivos, cuando el neumólogo Rodolfo Posadas Valay la invitó a prepararse, durante cinco meses, como Enfermera Coordinadora Clínica de los Trasplantes de Pulmón en la Universidad de California en San Diego.

"Vimos en Irma la combinación ideal entre la ciencia y el humanismo, debido a su trayectoria. Y ella ha demostrado que teníamos razón", recuerda el médico, titular del Centro para...

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