Tragedia de Sheffield cambió reglas en estadios de futbol

MEXICO, D.F., abril 14 (EL UNIVERSAL).- Han pasado 24 años y aficionados, familiares, amigos y hasta funcionarios del gobierno inglés siguen recordando a las 96 víctimas mortales y los más de 700 heridos que dejó una avalancha humana ocurrida en el estadio de Hillsborough, en Sheffield, Inglaterra.

El 15 de abril de 1989, durante un partido de la Copa FA entre el Liverpool y el Nottingham Forest, se registró una de las tragedias de las que más se tenga memoria en el ámbito del deporte mundial.

Sin embargo, estos hechos hicieron que cambiaran las reglas del juego para los asistentes a un partido de futbol en Inglaterra y algunos países de Europa, pues eliminaron las vallas y evitaron la aglomeración de aficionados sin boleto afuera de los estadios el día del partido, entre otras medidas.

En aquella fatídica fecha, ambos cuadros jugaban las semifinales de la FA y el encuentro había causado tal expectación que el lleno estaba más que asegurado. Horas antes del partido, ya se registraba el lleno, no cabía más gente, aunque los aficionados seguían llegando en grandes cantidades

La tribuna oeste de Hillsborough, conocida como Leppings Lane, tenía las condiciones para convertirse en un matadero. Pequeña, seccionada por barras de hierro que actuaban a modo de rediles, precedida por escasos y angostos pasillos, rematada por una valla que impedía el acceso de los hinchas al terreno de juego.

Faltando escasos 15 minutos para el silbatazo inicial la parte central del fondo se encontraba atestada de gente. Pero los seguidores del Liverpool continuaban entrando hacia ese sector de la tribuna.

Algunos aficionados comenzaron a protestar a los agentes de policía por los primeros síntomas de aglomeración. Pero lo peor estaba por venir. A David Duckenfield, el superintendente encargado de la seguridad, se le había designado en su puesto sólo 19 días antes. No contaba con experiencia alguna para manejar esa situación.

El partido comenzó a las 15:00 horas del 15 de abril. Agolpados en el sector central de la tribuna, los seguidores del Liverpool pedían a los agentes que cerraran las puertas de acceso. Fuera del estadio, un número insuficiente de policías no conseguía detener a la marea humana que se dirigía desde el callejón de Lepping a las puertas de entrada del fondo oeste, atestadas de aficionados, unos con entradas, otros sin ellas. Dentro y fuera del estadio, reinaba la confusión y el pánico.

Sin embargo, apenas había comenzado el encuentro y espectadores...

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