Tráfico de migrantes: apuntes para una historia del coyotaje

AutorLuis Angel Bellota
Páginas25-35
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eporte CESOP • N
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mero 126 • Junio de 201
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Introducción
Uno de los ejes temáticos más importantes de la globalización y las
relaciones internacionales es la migración. Se trata de un fenómeno
multifactorial y de larga data que demanda distintas soluciones. Tampo-
co se adscribe a las naciones originarias del problema ni aquellas a donde
se dirigen los ujos migratorios; suele tratarse de un asunto regional o
intercontinental. En el caso de México nos encontramos en una triple
condición: somos país emisor, receptor y puente de oleadas trashuman-
tes. Podríamos discurrir ampliamente sobre las causas que empujan el
movimiento de poblaciones enteras de un lugar a otro, pero no diríamos
nada nuevo sobre una temática de la que existen in nidad de estudios y
monografías.
El presente artículo se enfocará sucintamente a describir la evolución
de un actor que, si bien lo ubicamos fuera de la ley, está inserto en la ca-
dena de factores que engloba la migración: nos referimos a las organiza-
ciones delictivas que viven de los migrantes. En las pasadas cinco décadas
se ha desarrollado un sector de servicios que provee la llegada irregular de
paisanos y habitantes de otros lugares a territorio estadounidense. Esta es
una de las muchas aristas que complejiza el enorme reto de administrar de
forma ordenada, pací ca y con respeto las garantías individuales del mo-
vimiento transfronterizo de seres humanos. Nuestro país está obligado a
ello, pues desde 1949 ha sido rmante de diversos convenios, protocolos,
pactos y de declaraciones internacionales en la materia.1 No está de más
recordar cuáles son los principales instrumentos jurídicos que comprome-
ten al Estado mexicano: 1) la Convención de las Naciones Unidas contra la
Delincuencia Organizada Transnacional; 2) el Protocolo contra el Trá co
Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire; y 3) el Protocolo para Prevenir,
Reprimir y Sancionar la trata de personas, Especialmente Mujeres y Niños.
* Investigador del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de
Diputados. Licenciado en Historia por la UIA y pasante de la maestría en Estudios Lati-
noamericanos por la UNAM. Correo electrónico: cuebellota@hotmail.com.
1 Elma del Carmen Trejo García, Compendio de instrumentos internacionales relativos a la pro-
tección de los derechos humanos de los migrantes, México, Cámara de Diputados, 2006, http://
www.diputados.gob.mx/sedia/sia/spe/SPE-ISS-06-06.pdf.
Internamente, nuestra legislación
tipi ca y penaliza este delito en el
artículo 2° de la Ley Federal contra
la Delincuencia Organizada.
Una historia del trá co
ilegal de migrantes
La introducción de personas sin
papeles o con documentos de
identidad falsos a suelo norteame-
ricano data de principios del siglo
pasado. Los individuos que “ayu-
dan” a cruzar el desierto o que
esconden en transportes de carga
a los inmigrantes, en la jerga po-
pular, son conocidos como polleros
o coyotes. Las referencias más anti-
guas sobre actos de coyotaje datan
del Por riato, cuando el paso de
un territorio a otro no era tan es-
tricto para los ciudadanos mexica-
nos; en 1905 la o cina migratoria
del país vecino, el Inmmigration
and Naturalization Service, detec-
tó que individuos de procedencia
china y japonesa asentados en Ciu-
dad Juárez “tramitaban permisos
y contrabandeaban migrantes de
esas nacionalidades que tenían
prohibido el ingreso”.2
2 Jorge Durand, Historia mínima de la mi-
gración México-Estados Unidos, México, El
Colegio de México, 2016, p. 166.
Trá co de migrantes: apuntes para una historia del coyotaje
Luis Angel Bellota*

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