Tráfico de animales; 600 mil ejemplares asegurados en 7 años

Enrique Alvarado, Andrés M. Estrada y Alejandro Melgoza

MÉXICO, D.F., abril 19 (EL UNIVERSAL).- Édgar caminaba con pasos apresurados entre puestos de juguetes de madera, figuras de la Santa Muerte y veladoras para el amor, la buena suerte y la sanación. Cada pocos segundos miraba el reloj. El tiempo era esencial. No sería la primera vez que este inspector de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) veía cómo en un operativo contra la venta ilícita y tráfico de animales los comerciantes se “daban línea” y huían.

Aquella tarde de 2011, agentes de la Profepa, acompañados por la Policía Ministerial y efectivos de la Procuraduría General de la República (PGR), habían rodeado el mercado de Sonora.Édgar iba de incógnito: vestía una gorra negra y un chaleco café claro con el escudo de un águila en la espalda. Sin embargo, un mercante se percató de lo que ocurría, sacó de sus peceras un par de cocodrilos pequeños y una iguana verde y los arrojó por la coladera.

Al comenzar los aseguramientos, cuenta Édgar (nombre ficticio por razones de seguridad), algunos locatarios lanzaron amenazas de muerte, otros escondieron las especies en los tapancos de sus negocios. Los que intentaron escapar vieron que las entradas y salidas del mercado habían sido bloqueadas por las autoridades. En cinco minutos los agentes aseguraron decenas de psitácidos (pericos, loros y cotorros) y reptiles de procedencia clandestina.

“El tráfico de animales no está en la agenda. No es prioridad para el Estado. A (Vicente) Fox le valió madre, a (Felipe) Calderón le gustaba el tema, pero no era prioritario, y al presidente (Enrique) Peña Nieto no le interesa. La Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) y la Profepa no tienen personal para ayudar en este tema”, se queja el servidor público mientras reflexiona sobre uno de los cientos de operativos en los que ha participado.

El tráfico de especies —que incluye compra y venta de flora y fauna silvestres— es, junto con el narcotráfico y la venta de armas, uno de los crímenes más lucrativos del mundo, según la Policía Internacional (Interpol, por sus siglas en inglés). Con los animales no existe una cifra clara sobre las ganancias que genera, en parte porque, como explica el delegado de la Profepa en el Valle de Toluca, Carlos Silvestre Pozos, las transacciones varían de una a otra dependiendo del tipo de vendedor y comprador.

Pero los beneficios son, como en los otros dos negocios clandestinos...

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