Traen el sabor en el alma
| Autor | Adriana Durán |
Durante la época colonial, Colima se distinguió por ser una de las más importantes zonas de cultivo de cacao, coco y caña de azúcar.
En su Breve Estudio Sobre la Conquista y Fundación de Coliman, escrito a mediados del Siglo 16, Lebrón de Quiñones advierte que en 1554 existían 373 mil árboles de cacao.
Si bien la producción de este producto prácticamente se ha extinguido, el hábito de beber chocolate es parte primordial de la dieta colimense.
La declinación del cultivo del cacao se inicia con la llegada de la palma de coco, cuya semilla fue traída de las Islas Salomón por Alvaro de Mendaña, en 1569.
De las costas colimenses salían y llegaban viajeros y mercancías de las Californias, Acapulco, Guatemala, Perú y Filipinas. De este último lugar también llegaron los llamados indios chinos, especialistas en el cultivo del coco, que comenzaron la fabricación de vino a partir de este fruto. Fue una empresa lucrativa hasta principios del 18, cuando se prohibió su producción para evitar que le hiciera competencia a los vinos de Castilla.
Del mismo modo, los chinos enseñaron a los colimenses el consumo de la tuba, bebida refrescante extraída del centro de la palmera, muy popular actualmente entre la población.
Se acostumbra tomar muy temprano, aún sin fermentar, acompañada de un birote, pan de sal típico del occidente del País. Es tan común la combinación que incluso en Colima existe el dicho: "Tuba, bolillo y mitote".
También se toma fermentada. Durante el día se sirve bien fría, mezclada con cacahuate, nuez o almendra. Igualmente se le añade fruta picada, como guayaba o manzana.
Otra de las bebidas características de la región es el tejuino, hecha de maíz con piloncillo, y que se toma con limón y sal. Los ponches son otra tradición local, bebidas ligeras de frutas, acompañadas con aguardiente de caña. Uno de los más populares es el de granada. También se hacen con guayaba, jamaica, tamarindo, cacahuate y piña.
Es muy popular el consumo del bate, bebida muy espesa, hecho con chan o chía, semilla silvestre que se tuesta y se muele. Después se revuelve con agua. Se bate muy bien la mezcla para que suelte la sustancia gomosa que caracteriza su consistencia.
Se toma con abundante hielo, acompañada de melado de miel o panocha. Se le atribuyen propiedades medicinales: desintoxicante y adecuada para desórdenes estomacales y digestivos.
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Colima es una celebración cotidiana de los sabores, tierra de suaves antojitos y elaborados guisos de...
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