Trae Anderson show sombrío

AutorDora Luz Haw

Sin micrófonos ni flashes, en una charla informal organizada en una de las terrazas del Palacio de Bellas Artes, la artista Laurie Anderson (Illinois, Estados Unidos, 1947) cuenta que decidió comenzar su show Delusion, con el final de la historia: Un burro camina persiguiendo una zanahoria que cuelga de él mismo.

"Esta imagen hace referencia a la forma en la que he trabajado toda mi vida, pensando que si hago esto, conseguiré algo más. Pero luego me pregunto ¿Cuál es el sentido? ¿Para qué? ¿A dónde voy persiguiendo esa zanahoria? ¿Qué haces cuando el mecanismo falla? La historia inicia precisamente, con el fin; la muerte de este burro", describe la violinista, cantante, poeta, escultora y dibujante.

La también performancera, considerada la artista multimedia más importante de Estados Unidos, se encuentra en México para presentar los días 5 y 7 de noviembre en el Palacio de Bellas Artes este espectáculo con el que ha recorrido países de todo el mundo, tras su estreno en 2010 durante los Juegos Olímpicos de Vancouver.

Una maleta grande pende de su brazo, en ella carga las computadoras en las que trae todo el material que requiere para este montaje en el que se combinan música, marionetas eléctricas, esculturas, video y efectos especiales. Perderla de vista un segundo, la pone nerviosa.

Cuenta, sentada en una banca y acomodando su desordenado cabello de vez en cuando, que éste trabajo, integrado por 20 historias cortas, intenta ser como una película en tercera dimensión donde no se necesitan lentes especiales para verla.

"Está inspirado en mi madre y es una reflexión sobre el lenguaje. Antes de fallecer, dio un discurso increíble frente a sus ocho hijos ahí reunidos. Era como si se hubiera levantado para contar una gran historia con la que decirnos adiós.

"Hablaba de animales en el cielo y luego se refería a nosotros. Iba y venía destrozando la coherencia del lenguaje. Eran como esas historias que nos decimos a nosotros mismos sobre quienes somos, qué deseamos y a dónde vamos. Frente a nosotros su flujo de palabras se iba desintegrando", cuenta.

Ese fue el punto de partida de Delusion, obra en la que el orden de las historias pareciera ilógico, ya que sigue la ruta caótica de los pensamientos. Su construcción está inspirada en personajes de escritores como Honoré de Balzac y Laurence Stern, y el cineasta Yasujiro Ozu, a quienes respeta como creadores, pero sobre todo, como contadores de historias.

Anderson, quien pide a los fotógrafos no la...

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