Una tradición que la crisis marchita

(Embargada para sitios en internet hasta las 01:00 horas locales de este martes 1 de noviembre)Julián Sánchez, enviadoOZUMBA, Méx., noviembre 1 (EL UNIVERSAL).- La tradición de ofrendar flores de cempasúchil se pierde paulatinamente. "Las ventas no son como antes. Nos iba mejor. A mucha gente no le interesa poner ofrenda o llevarle flores a sus muertos. Y también por la situación económica, pues años anteriores nos compraban varios ramos y ahora llegan por dos o tres", concluye Elfego López, floricultor de la comunidad de Tecacalco, en este municipio mexiquense."Nos ha pegado también la delincuencia, tenemos que estar velando y estar las 24 horas de guardia en los plantíos, porque si nos descuidamos nos vienen a saquear", reconoce por separado el también productor, Emilio Buendía Sánchez.Información del Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP), de la Secretaría de Agricultura, señala que, entre otras cosas, los efectos negativos de los fenómenos naturales han derivado en una caída en la producción de cempasúchil, ya que en 2009 fueron más de 6 mil toneladas y en 2010, poco más de 5 mil 800 toneladas, por lo que se han incrementado los apoyos a los productores de la flor.En tanto que el valor en 2009 fue casi 15.5 millones de pesos, el año pasado se registraron 14 millones 89 mil pesos.Aquí se dedican desde niños a la floricultura, en particular a la flor de muertos, pues es algo que ha sido heredado desde hace varias generaciones.Elfego, Emilio y Jaime Rojas, quien también es productor, reconocen que han tenido oportunidad de tener otro empleo en la ciudad de México, pero prefieren la tranquilidad de la región y aunque ha bajado la venta, continúa siendo un oficio noble el que presumen; es...

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