Los trabajos y los días

AutorCarlos Aranda Márquez

Do not go gentle into that good night

Dylan Thomas

"Un buen alumno lo es en medida de los maestros que escoge" es un enunciado que nos permite ubicar la obra y el magisterio de Olivier Debroise (Jerusalén, 1952-Ciudad de México, 2008). Aunque de nacionalidad francesa, Olivier escogió desde los 17 años este país para desarrollar sus investigaciones y afanes. En un arco de más de 32 años de trabajo, Olivier desarrolló un sinfín de labores como historiador y crítico de arte, novelista, curador, cineasta y activista cultural. Si Tintin, el célebre personaje de Hergé, hubiera embarnecido seguramente se vería como Olivier Debroise en sus años de esplendor. Lo imponderable ocurre nuevamente y tenemos que reconsiderar su obra, que es vasta y aleccionadora. Ya las muertes irreparables de Rubén Bautista, María Guerra y Príamo Lozada dejaban un poco huérfana la cultura visual de nuestro país, ahora será más notoria esa orfandad con esta ausencia prematura de alguien tan lúcido.

Vayamos por partes en su legado: Olivier se dio a conocer con un libro sobre un personaje intensamente contradictorio: Diego de Montparnasse (FCE, 1979), que exhibe ya sus dotes como historiador y futuro novelista al recuperar los años parisinos del pintor Diego Rivera. Pero es el siguiente el que demuestra plenamente sus capacidades críticas: Figuras en el trópico, plástica mexicana 1920-1940 (Océano, 1983), donde todos los artistas contemporáneos de los tres grandes muralistas son rescatados de una manera justa y que demuestra las intrincadas filias y fobias de un grupo heterogéneo importante en nuestra historia del arte. Con los tradicionales festejos gubernamentales, escribió Diego Rivera, pintura de caballete (SEP, 1985); Sobre la superficie bruñida de un espejo, en colaboración con Rosa Casanova (1989), y un libro definitivo: Fuga Mexicana, un recorrido por la fotografía en México (1991), donde abordaría otra de sus pasiones; y Alfonso Michel, el desconocido (1991). Pronto, entraría en la órbita de Carlos Monsiváis, cuando éste dirigió el suplemento cultural México en la Cultura de la revista Siempre. Cada jueves sus críticas de artes plásticas atrajeron a sus primeros lectores leales y fueron formando a una generación nueva, exigente y más profesional en el ramo.

Comenzarían dos facetas ahora como novelista y como curador, tan exigentes la una como la otra. Así se mezclarían varias pasiones intelectuales, por un lado la atracción que sentía por la producción artística de...

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