Niños trabajadores: Crecer en el circo

AutorÉrika Hernández

Fotos: Israel Rosas

Alejandra arriesga cada noche su vida. Y lo hace con gusto.

Además de subir a una cuerda de 12 metros de altura, despierta las carcajadas del público al que convoca el circo de los Hermanos Olguín con su actuación de payasita y vende palomitas y refrescos a mitad de la función.

Pita, como le dicen bajo la carpa, tiene 8 años y es uno de esos 73 millones de niños, menores de 10 años, que han cambiado los juguetes por otras herramientas.

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) actualmente uno de cada seis niños en el mundo está implicado en alguna forma de trabajo infantil.

En la década de los sesenta del pasado siglo, Angel Olguín, el abuelo de Pita, era considerado como uno de los mejores acróbatas de México y es el fundador de la dinastía.

Los padres de Pita también son trapecistas.

"No tengo amigos, casi siempre estoy sola, siempre veo la tele, ensayo y me gusta recoger a los perros callejeros. Sí soy diferente a los otros niños, pero no sería tan bonito estar todo el tiempo en el mismo lugar, aunque sí quisiera saber qué se siente ir a la escuela y tener muchos amigos", dice.

Pita es analfabeta. Espera que un profesor itinerante vaya a visitarla para cumplir con el primer año de la primaria.

"Para nosotros que crecimos en el circo esta es una vida normal, con muchas carencias, pero somos una familia y todos participamos para crecer, y sí hay elección, ella quiso ser acróbata. Uno debe elegir entre la tradición y una vida común", afirma Angel, su padre.

En los países desarrollados, según la OIT, trabajan 2.5 millones de niños. Casi todos ellos se desempeñan en el sector informal...

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