Toyota MR2: Una crónica de evolución

AutorDavid Loji

En el mundo automotriz hay muchos equivalentes del Ave Fénix, que según dice la leyenda, estaba muerta pero se levantó de las cenizas. Un buen ejemplo moderno es el deportivo con motor central fabricado por Toyota, el MR2.

Este deportivo japonés tuvo un prometedor nacimiento en la década de los 80, pero a mediados de los 90 a pesar de haber mejorado en su desempeño, estilo y contenido tecnológico estuvo a punto de morir. OK, más bien estuvo muerto cuatro años pero regresó de la tumba y ahora se encuentra vivo y sano.

El MR2 originalmente fue creado para satisfacer las necesidades de consumidores que buscaban un auto deportivo accesible pero no lo encontraban.

En la década de los años 80 los Estados Unidos se recuperaban de una crisis energética a finales de la década anterior.

Los fabricantes llevaban años ofreciendo autos con desempeño modesto, pues tenían el temor de que se repitiera una escasez de gasolina. Los autos con manejo emocionante eran bastante escasos.

Sin embargo, se vislumbraban signos alentadores como la aparición de turbo cargadores y motores con cabezas de 4 válvulas por cilindro.

A partir del año 1984 un tipo de automóvil nuevo apareció en el mercado y fue un gran éxito, pues satisfacía el anhelo de miles de consumidores que buscaban un auto emocionante y barato.

Los lectores que hayan leído la cabeza de este artículo y hayan visto las fotografías pensarán que estamos hablando del Toyota MR2. Pues fíjese que no.

Más bien estamos hablando del Pontiac Fiero, que en su primer año tuvo tal aceptación que hubo quienes pensaron que esta división de GM había creado al Ford Mustang de los 80.

Este accesible deportivo utilizaba el mismo concepto del Fiat X1/9 que había salido al mercado en los 70 y a la vez, seguía a la venta al mismo tiempo que el Fiero fue presentado.

Los puntos básicos de estos dos autos eran estilo deportivo y su motor central de cuatro cilindros.

Pontiac hizo una interpretación más moderna del concepto del auto italiano pues además de tener un estilo más fresco, contaba con construcción con paneles exteriores flexibles. Y francamente, el Fiat tenía una horrenda reputación en cuanto a descomposturas y tiempo de entrega de refacciones.

Aunque Fiat hubiera querido acusar de plagio a Pontiac, jamás se atrevió a hacerlo pues su X1/9 a la vez era una copia del Porsche 914. Dicen que no hay nada nuevo bajo el sol y en este caso, esto es cierto.

Sin embargo, el Pontiac Fiero resultó ser un vergonzoso fracaso para su...

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