Tópicos Empresariales / Negocios en el ámbito global

AutorGonzalo Rivero Torrico

Es innegable que la globalización ha llegado para quedarse. Basta ver la cantidad de artículos que el consumidor mexicano tiene ahora a su disposición en los anaqueles de las tiendas y supermercados, o verificar las partes que llegan de todos los rincones del mundo a nuestras fábricas para ser ensambladas en los productos que se elaboran en nuestro suelo, así como los componentes que se fabrican aquí y que se envían a otros puntos del planeta para formar parte de bienes más o menos complejos.

Las estadísticas muestran claramente que cada día aumenta este tipo de negocios en todas partes, lo cual nos haría pensar con optimismo que es una tendencia firme y que todos estaremos mejor en el futuro, porque si alguien adquiere un producto o un componente proveniente de otro lugar, es porque lo considera superior a los que ofrecen sus proveedores actuales. Los atributos que se toman en cuenta cuando se analiza la competitividad de un proveedor, son principalmente la calidad, el diseño, la cantidad, el precio y el servicio.

Sin embargo, hay un lado oscuro que poco a poco está emergiendo a la vista de quienes están involucrados en negociaciones globales: la corrupción. Cada día vemos más artículos en las revistas internacionales y en las instrucciones para orientar a quienes tendrán que llevar a cabo los contactos, o a quienes estarán a cargo de discutir con sus contrapartes los diferentes aspectos de un negocio, sobre los peligros de ser víctimas de diferentes actos relacionados con este mal que parece ser endémico.

No es sólo la clásica mordida que solicitan personajes clave en una negociación, de quienes depende la aprobación de un proyecto o el pago de un compromiso contraído. Todos sabemos de esto y seguramente hemos sufrido la extorsión de quien nos dice que falta un papel, o que ya ha pasado el tiempo reglamentario, o que debió haberse hecho el trámite en otra oficina, pero que este problema o pequeño detalle se puede solucionar si accedemos a proporcionar una ayuda a un funcionario que, a cambio del favor, allanará el camino.

También está el que una persona que toma un seguro y sufre un accidente se encuentre sin protección al momento de requerir un servicio médico por haber sido engañado por alguien que se hizo pasar por un agente autorizado sin serlo. O que alguien entregue papeles que parecen oficiales para el pago de un impuesto, por ejemplo, y que luego desaparezca, dejando al negociador en una situación difícil y a merced de autoridades...

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