Tonatiuh Bravo Padilla / La renuncia del Embajador

AutorTonatiuh Bravo Padilla

En un acontecimiento inusitado, el sábado pasado Hillary Clinton anunció que el Gobierno de Barack Obama aceptaba la renuncia de su Embajador en México, Carlos Pascual. Esto ocurrió luego de casi dos semanas de que Felipe Calderón expresara a The Washington Post su repudio hacia las declaraciones del Embajador, reveladas recientemente por WikiLeaks, entre las que destacaba su severa crítica hacia la estrategia federal contra el narcotráfico.

En el comunicado, emitido por la Secretaría de Estado, se hacía manifiesto que la decisión de Pascual se fundamentaba en "el deseo personal de asegurar la fuerte relación entre nuestros dos países, así como para evitar cuestiones planteadas por el Presidente Calderón, que podrían distraer la atención de los asuntos importantes de la mejora de nuestros intereses bilaterales".

Sin duda, la decisión de concluir la labor del Embajador en México fue motivada más que por un simple imperativo personal. En los círculos de especialistas, Carlos Pascual es identificado como un experto en Estados fallidos, ya que durante su trayectoria ha transitado por países como Sudán, Mozambique, Rusia y Ucrania. ¿Cómo se explica, entonces, que un personaje adiestrado para soportar ambientes adversos se desplome ante el primer embate mediático?

Existen elementos para pensar que la renuncia del Embajador fue resultado de la presión ejercida por el Gobierno de Calderón, en un intento por frenar la avalancha de señalamientos emitidos (incluso, por legisladores panistas) en cuanto a la extrema intromisión de Estados Unidos en México y la consecuente pérdida de soberanía nacional.

Si bien la reunión de Obama y Calderón, celebrada el 3 de marzo, buscaba reducir la tensión diplomática entre ambos Gobiernos, los hechos que le siguieron desencadenaron justo lo contrario. Primero fue la revelación del operativo "Rápido y Furioso", que permitió al crimen organizado la introducción de 2 mil armas al País. Luego, el diario The New York Times informaba sobre la estrategia de Estados Unidos de enviar aviones no tripulados a territorio mexicano para labores de inteligencia.

Estas circunstancias evidenciaron el nivel de entreguismo del Gobierno de Calderón ante los mandatos de Washington y exhibieron la falta de pericia de su Gabinete. Ni siquiera Alejandro Poiré, secretario técnico del Consejo y vocero en materia de seguridad, ha logrado dar una explicación...

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