'Tomé un curso para poder peinarlas'

PACHUCA, Hgo., junio 18 (EL UNIVERSAL).- La pérdida de un empleo, el abandono de los estudios y las noches de desvelo han sido un esfuerzo que hoy ha valido la pena, señalan Nabor y Martín, quienes tuvieron que asumir el papel de padre y madre al convertirse en papás solteros.

Sentado en medio de dos adolescentes, Nabor Rojas recuerda el día en que sus hijas se fueron a vivir con él. "Su madre y yo ya no pudimos estar juntos, decidimos divorciarnos y que las niñas, en ese entonces de 5 y 6 años, se quedaran con ella".

Pero el destino tenía otros planes, las pequeñas Styvaliz y Sherydan no querían separarse de su padre. "Era muy desgastante llegar a verlas y que se pusieran a llorar, incluso una de ellas enfermó", ante ello, la única solución fue que Nabor se quedara con ellas. "La condición que me puso quien era mi esposa fue que a partir de ese día sería mi problema. Pero no ha sido así, al contrario, ha sido una bendición".

"¿Que si ha sido difícil?, por supuesto, los primeros meses y años fueron complicados". Cuenta que en ese tiempo trabajaba en Tulancingo y tenía que llevarse a las niñas a su oficina en la presidencia municipal. "A veces regresábamos a Pachuca a las 11 de la noche, o una de la mañana".

También estudiaba una maestría, "primero me dejaban llevarlas, pero eran muy inquietas, una ocasión tiraron una computadora y esa fue la última vez que las pude llevar", recuerda Nabor con una...

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