Tomás Boy, el rey chiquito

Dante GuerraCIUDAD DE MÉXICO, octubre 25 (EL UNIVERSAL).- El Cruz Azul dejó de ser grande. Y no es de ayer a hoy. La Máquina sigue una inercia descendente, que se refleja en las últimas cuatro temporadas sin Liguilla (sin contar esta). Por ello no extraña que Tomás Boy haya fracasado: es un técnico chiquito para un equipo menor.

Pero que se haya ido Tomás Boy no es la solución para que la Máquina recupere su mística o respete su otrora grandeza. Basta ver los nombres que se manejan para el relevo: Rubén Omar Romano, José Cardozo y Gustavo Matosas.

Todos ellos son perseguidos por el fracaso: Romano tropezó en Monarcas, Puebla y Tijuana (sus últimos tres equipos). Cardozo no pudo con Toluca ni Jaguares. Y Matosas sigue una espiral descendente: América, Atlas y el Al-Hilal de Arabia Saudita.

Salvo Matosas, los demás candidatos no han levantado un título. Al igual que ?El Jefe? Boy. Con 26 años como estratega, Tomás Boy no ha ganado nada y sus porcentajes dan pena. No es, nunca ha sido un técnico ganador. Ni siquiera practica un futbol audaz. Sus mejores números los consiguió con Morelia: 54.4 de efectividad,que se traduce así: 56 partidos ganados, 33 empatados y 34 perdidos, en su segunda etapa con los Monarcas.

Con Cruz Azul su fracaso fue estrepitoso: Se peleó con los árbitros, con los jugadores, con la afición y hasta con los números. Y es que su recuento como celeste en un año es un desastre: 51 partidos en el banquillo, divididos en 14 derrotas, 18 empates y 19 ganados. Para un 35 por ciento de efectividad.

Del porcentaje de goleo ni hablemos, que está para llorar. Con Tomás, Cruz Azul apenas anotó 49 tantos y recibió 45. Y un dato más desalentador es que Tomás Boy perdió con los equipos de...

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