Urgen a tomar en serio explotación sexual infantil

EL NORTE / Redacción

La explotación sexual de niños y niñas es un problema que no puede seguir ocultándose y que sólo puede ser enfrentado con la suma de esfuerzos y con políticas públicas de prevención y de castigo a los responsables, coincidieron la actriz estadounidense Jessica Lange, la representante del UNICEF en México, Yoriko Yasukawa, y la especialista Elena Azaola.

Entrevistadas para el noticiero En Punto de reforma.com, urgieron a terminar con la cultura de aceptación de lo que consideraron una de las más graves violaciones a los derechos de los niños y a fortalecer los mecanismos contra la impunidad.

Para Lange, Embajadora de Buena Voluntad del UNICEF, el primer paso es arrojar luz sobre el problema y asumir un compromiso para atacarlo.

¿Cuál es la dimensión del problema de la explotación sexual infantil?

Yoriko Yasukawa (YY): Hay una estimación de que en el mundo existen alrededor de 2 millones de niños explotados sexualmente. En México, la estimación es de de 16 mil niños.

Hay que tener cuidado con estas cifras porque, por su propia naturaleza, es un problema que tiende a ocultarse. Es difícil conseguir datos exactos, pero hay que dar a conocer que existe el problema y hacer conciencia en la sociedad y en las instituciones públicas de que se requieren políticas para enfrentarlo.

No es un problema privado, de las familias, ni sólo del sistema de justicia. Es una de las más atroces violaciones a los derechos de los niños.

Elena Azaola (EA): No es un problema nuevo y no sólo existe en nuestro país. ¿Qué tan grave es? Diría que, en cualquier caso, aunque fuese un solo niño explotado esto tiene una dimensión importante que merece ser atendida.

México estaría en una situación intermedia en América Latina, en donde existen países que tienen un problema más grave en términos cuantitativos. Lo positivo en nuestro país es que desde hace varios años el Gobierno y diversos sectores sociales han tomado conciencia del problema y han decido enfrentarlo. Se han empezado a tomar medidas, cuando anteriormente ni siquiera existían leyes. Para poner un ejemplo, la pornografía infantil no era un delito, no había manera de perseguirla, caía dentro del saco de corrupción de menores, donde caben un montón de cosas.

En un estudio que elaboramos conjuntamente con el UNICEF y con el DIF intentamos trazar un mapa de la situación de este problema en el país.

Nos preocupa tener contacto con los niños y niñas que están siendo explotados, conocer quiénes son, de dónde vienen, por qué están ahí, cuáles son sus necesidades, cuáles son sus demandas, sus sueños, qué quieren y qué están necesitado.

Muchas veces se tiende a estigmatizar a esos niños, a suponer que están ahí porque quieren, porque les gusta. Nada más lejos de la realidad.

Ellos han sido llevados ahí siempre por adultos que los inducen, los violentan de diferentes formas, y es hacia estos adultos hacia donde debemos dirigir la mirada, porque de otra forma no hay manera de parar este fenómeno.

¿Cómo convencer a las autoridades de la necesidad de detener el fenómeno?

EA: No es nada fácil, en particular en los sitios donde la mayor parte del ingreso de la economía está movida por la actividad turística.

Cuando llevamos a cabo el estudio, encontramos resistencia por parte del sector turístico, principalmente a que el tema saliera a la luz. Lo que debería preocupar a las autoridades de los polos turísticos son los propios niños y jóvenes que viven ahí, el darles alternativas. Muchas veces como que dirigen la atención únicamente a satisfacer las necesidades del turista, esto genera un estilo de vida que los jóvenes locales desean imitar. Hay muy pocas universidades en Cancún...

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