TOLVANERA / Y al tercer año...

AutorRoberto Zamarripa

Al tercer año los presidentes suelen cantar la bronca. Lázaro Cárdenas advirtió en su Tercer Informe, el 1 de septiembre de 1937, que seguiría adelante "con firmeza y sin temor a la insidia y la mala fe de que hacen gala los oportunistas defensores de una Nación a la que juzgan ultrajada, aunque sensiblemente la vean progresar". Meses después vino la expropiación petrolera.

Adolfo López Mateos arremetió el 1 de septiembre de 1961 contra quienes lo desafiaban "en nombre de un pretendido sentimiento revolucionario con ideario prestado" (sindicalistas) y contra "oscuras fuerzas sociales ... que desean perpetuar la injusticia, eternizar la ignorancia y fundamentar sobre el fanatismo... un sistema de vida indeseable" (panistas). Al final entregó el poder a Díaz Ordaz.

Otros presidentes usaron su Tercer Informe para llamar al diálogo sin grandes resultados.

El actual Presidente no necesita el Tercer Informe para cantar la bronca ni para convocar al diálogo. Pintó raya desde antes de tomar posesión. Y ancla más.

La conferencia matutina del lunes 23 fue premonitoria y definitoria. A propósito de la visita a la OEA de los dirigentes del bloque opositor de PRI-PAN-PRD, el Presidente hizo mofa de la ausencia de un liderazgo contrincante y advirtió a los suyos cómo será la ruta de cierre de sexenio.

Cuestionó indefiniciones en la izquierda. "Quieren estar en el centro, cuando uno tiene que representar con mucha claridad algo y a alguien, es decir: 'yo defiendo a los más necesitados, yo defiendo a los pobres y esta es mi postura y estoy en contra de los corruptos y es mi postura; no ando ahí queriendo quedar bien con todos', sino, con definición, anclarse.

"Quieren quedar bien y entonces se desdibujan, y luego la gente dice: '¿Y este a quién representa?, 'no pues representa a todos'. Noooo. Hay que respetar a todos, a nadie ofender, atender a todos, pero darle la preferencia a la gente humilde, eso es humanismo y esa la función principal del gobierno", definió.

La semana decantó el significado de ese alegato.

El opositor Ricardo Anaya fue citado a comparecer como acusado en la indagatoria de corrupción que tiene como testigo y delator a Emilio Lozoya. Más allá de la solidez del caso, lo que parecía un acto político suicida -encumbrar a un opositor con una amenaza de...

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