TOLVANERA / Tea PRI

AutorRoberto Zamarripa

Por sus grillas los conoceréis. El 2 de diciembre del 2003, la Cámara de Diputados votó favorablemente la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) pero la diputada priista, Cristina Díaz -integrante de la Comisión de Salud- bordó curul por curul la prohibición para que esa nueva entidad investigara "células troncales humanas de embriones vivos". Logró una votación favorable.

La prohibición inquietó a la comunidad científica que frente a lo que el paleoconservadurismo consideraba un crimen, respondió que "la clonación de células troncales con fines terapéuticos o de investigación representa la posibilidad de enormes beneficios para la salud, ya que ofrece la posibilidad de generar células y tejidos de reemplazo para tratar múltiples enfermedades y lesiones" como el Alzheimer, Parkinson, leucemias o diabetes. El Senado hizo caso a la Academia Mexicana de Ciencias y a la postre revirtió la prohibición.

Vino el revire de la jerarquía católica que en un pronunciamiento calificó la clonación terapéutica como "depósito de refacciones", y condenó investigaciones científicas "aunque sea al servicio de otros seres humanos enfermos, ya que ello constituye una instrumentalización y cosificación de la persona humana" (13 mayo 2004).

En Estados Unidos, el presidente Barack Obama destrabó la prohibición de su antecesor George Bush de asignar fondos a la investigación de células madre, lo que fue considerado como un gran avance para la ciencia. Esa, como otras decisiones del actual mandatario norteamericano, provocaron la revuelta de segmentos ultraconservadores que han cuajado en el Tea Party, movimiento de discursos y prácticas racistas, xenófobas y violentas.

Además de la batalla por frenar fondos para la investigación científica, la agenda del Tea Party incluye la penalización del aborto y el rechazo a los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Cristina Díaz hace siete años era una activista paleoconservadora, después fue alcaldesa de Guadalupe, Nuevo León, donde le crecieron los narcos como conejos y ahora es secretaria general del CEN del PRI. No es que sea la Sarah Palin del Cerro de la Silla, pero sin duda simboliza la consolidación de una nueva agenda del priismo, amasada en la última década y puesta en práctica desde los gobiernos locales.

Las reformas constitucionales contra la despenalización del aborto consumadas por Congresos estatales dominados por priistas entre el 2008 y el 2010 abonan a esa agenda. Once estados...

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