TOLVANERA / Reforma chida

AutorRoberto Zamarripa

El día que bautizaron a la Ciudad de México sus habitantes no tenían agua... ni para bendecir a la festejada.

Adiós Distrito Federal, bienvenida Ciudad de México, celebró quitado de la pena el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, con el Presidente de la República. Los gobernantes sonreían pero miles de capitalinos bufaban al ver que sus grifos disparaban aire.

Los que quisieron (y pudieron) huir en el puente vacacional para evitar el estiaje quedaron varados en el camino porque una obra que iba a agilizar la salida a Cuernavaca no ha sido terminada en el plazo prometido por las autoridades.

El añejo reclamo de derechos políticos plenos para los capitalinos ha sido cumplido a retazos. El regente capitalino fue por décadas el emblema de un poder central, autoritario. Muchos añoraban a Uruchurtu, un abogado sonorense surgido del alemanismo y quien como regente sometió por 14 años a los citadinos con mano de hierro y rancias clases de moral. Era el emblema, después su caricatura fue Carlos Hank. Uruchurtu mandó tapar los bikinis de Tongolele y encarceló seis veces a Palillo. Fue un censor y represor. Pero bajo ese manto de control, el DF se consolidó como la ciudad de las grandes vialidades (Paseo de la Reforma, Tlalpan, Insurgentes), de los primeros rascacielos y del entubamiento de sus ríos. Una modernidad depredadora.

Los regentes hacían y deshacían sin tomar en cuenta el parecer de los pobladores. Tras el temblor de 1985 y la organización social que emergió reclamando ayuda y sustituyó al gobierno ausente, la movilización estudiantil en 1986 y el triunfo cardenista en 1988, vino una reforma política que otorgó derechos políticos tutelados.

En 1997 el jefe de Gobierno fue electo en urnas y también sus delegados. Pero la ciudad ya era un monstruo que necesitaba algo más que democracia.

La era de gobiernos perredistas, tras ese impulso democratizador, priorizó, en distintas etapas, el gasto social, el subsidio focalizado, la protección a ancianos y madres solteras, infraestructura vial y redimensionamiento inmobiliario. La ciudad volvió al centro -tras el retiro por el temblor de 85- sin resolver las demandas de la periferia que abandonaba, y sin solucionar las necesidades de desarrollo del núcleo retomado. Iztapalapa es su punto...

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