TOLVANERA / Perder gobierno y partido

AutorRoberto Zamarripa

La consigna que catapultó a Felipe Calderón hacia el liderazgo nacional hace 13 años y que mantuvo como una divisa en su rumbo hacia la Presidencia de la República era garantizarle al panismo la simbiosis entre el proyecto gubernamental y el proyecto partidista. Ganar el gobierno sin perder el partido era el lema.

Este lunes, el presidente Calderón ha amanecido con menos gobierno y con un partido maltrecho. El saldo de las elecciones de ayer domingo es la antípoda de su lema. Ha perdido gobierno y ha perdido al partido.

La derrota -abrumadora- en la elección de diputados federales y las consecuentes en gobiernos estatales incluidos los bastiones blanquiazules de San Luis Potosí y Querétaro más las estrepitosas caídas en Jalisco (Guadalajara, Tlaquepaque, Zapopan y Tonalá), estado de México y Morelos, no sólo son el cobro de facturas múltiples (agravios, malas gestiones, desatención social), sino la confirmación de que la herida de legitimidad adquirida en el 2006 no ha podido ser suturada.

El gobierno y el partido de Felipe Calderón sufren hoy la inconsistencia en su estrategia política que primero pactó con el priismo (otrora tercer lugar electoral) la posibilidad de hacerse del gobierno de la República, tras los polémicos comicios del 2006, para luego denostarlo y encararlo como enemigo principal. En menos de tres años cambió de aliados. Tras usar al PRI para la gobernabilidad en el 2006 y la reforma energética después, promovió la recuperación de una fracción del PRD que, a la postre, se hizo de la dirigencia del Sol Azteca; pero en medio de la campaña atizó el avispero de la persecución narcopolítica justo en las zonas del perredismo dialogante.

La estrategia de consentir y maltratar no pareció cobrar réditos. El gobierno y partido de Calderón perdonaron las ilegalidades de gobernadores priistas como Ulises Ruiz o Mario Marín y al final sucumbieron frente a sus artimañas. También auxiliaron al posicionamiento de la fracción moderada del PRD en el intento de aislamiento del movimiento político de Andrés Manuel López Obrador y, ahora, no sólo hundieron al perredismo, sino que favorecieron la recuperación de espacio político y mediático del líder tabasqueño cuyo movimiento minimizaron.

Sin duda que la crisis económica fue un factor demoledor en la elección. Los...

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