TOLVANERA / En paz

AutorRoberto Zamarripa

Gerardo Unzueta (1925), compañero de innumerables batallas políticas, se colocó al pie del féretro que guardaba los restos de Arnoldo Martínez Verdugo y agitaba un cuadernillo ya amarillento a punto de deshojarse. "Encauzar a la nación por el camino democrático e independiente", se titulaba el cuadernillo que contenía la resolución del XIII Congreso del Partido Comunista Mexicano (PCM), con fecha del 31 de mayo de 1960.

En esencia, el documento que blandía Unzueta trazaba una ruta de independencia de la izquierda partidista tanto de los centros de poder internacionales y nacionales, casualmente ambos dominados por partidos únicos. En el caso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) como del PRI mexicano.

La izquierda vivía hace 53 años una desgastante discusión interna derivada del proceso de desestalinización que Nikita Jruschov promovió en la URSS a finales de los cincuenta, y de las polémicas nacionales sobre la subordinación de partidos y movimientos obreros a los gobiernos priistas.

"Este documento lo redactamos Arnoldo y yo. Empezamos a las once de la noche y terminamos a las siete de la mañana. Quiero que aquí se quede", y Unzueta remecía el cuadernillo sobre el ataúd. Quería, pedía, que ese testimonio se fuera con los restos incinerados de quien fuera su camarada, su leal, su líder.

Entonces, en 1960, los comunistas iniciaron un largo y sinuoso proceso para pensar con cabeza propia, romper con el culto a la personalidad y trazar una ruta de independencia por la vía institucional en pleno esplendor del autoritarismo socialista y la seducción de la lucha armada triunfante en Cuba.

Qué vigencia y qué distancia. Una izquierda ajena al culto a un líder, al tributo de capillas, al enseñoramiento de la violencia y de las armas y a la subordinación de centros de poder nacionales o internacionales. Medio siglo después, ahora en cenizas.

"A Arnoldo no le gustan los reflectores, nunca le han gustado porque ante todo reconoce y valora profundamente que las acciones que efectivamente trascienden son resultado de un esfuerzo colectivo, de la suma de capacidades y cualidades de muchos más. Pero también ha demostrado tener el don de conducir el esfuerzo colectivo y potenciar la factibilidad de que éste arribe a 'buen puerto'. Creo que la propia historia lo demuestra", dijo durante el pasado homenaje sabatino en el Museo de la Ciudad de México, Martha Recasens, compañera inseparable por décadas del líder comunista.

Martha decidió rendir...

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