TOLVANERA / Por si se ofrece

AutorRoberto Zamarripa

Una sucesión adelantada. Crisis convergentes, efervescencia política y descargas de irracionalidad. Odio que inflama y hiere para después pretender desvanecerse en perdones con venenos sedimentados.

La conciliación, eje de la política, ni asoma. No hay acuerdo ni para usar el tapabocas.

Lo acontecido con Donald Trump no es anecdótico. Un Presidente puede salir de circulación de manera intempestiva y no necesariamente por embates o desestabilizaciones.

En ese torbellino se define lo de Morena. El presidente Andrés Manuel López Obrador estalló en la conferencia del viernes pasado para mandar al carajo al oportunismo que campea en la lid por la dirigencia de Morena.

"Oportunistas son los que llegaron al final... vienen por intereses materiales y, lo que es peor, están alimentando prematuramente la candidatura presidencial del canciller Marcelo Ebrard", repeló Porfirio Muñoz Ledo quien puntea en la disputa morenista.

Es el juego de vencidas entre originarios, fundadores de Morena, radicales; contra los conversos, la segunda ola, los moderados, en la definición anticipada de la candidatura presidencial de 2024.

En 1938, Lázaro Cárdenas quiso atemperar ansias de sus sucesores cuando reñían los moderados que apoyaban a Manuel Ávila Camacho contra los radicales revolucionarios que estaban con Francisco J. Múgica, en medio de surgimiento de grupos anticomunistas (los Frena de entonces) y conservadores como el de Juan Andreu Almazán.

"Deseo sugerir tanto a los ciudadanos en general como a los representantes federales y locales y a las agrupaciones organizadas con distintas tendencias sociales, que aun en el caso de festinar las actividades electorales, se abstengan en lo absoluto de iniciarlas tomando como bandera a las personas", expresó el general en su Cuarto Informe de Gobierno.

Su hijo Cuauhtémoc refiere en su libro Cárdenas por Cárdenas (2016) que el general Lázaro optó por dejar un libre juego para empujar candidaturas antes de su intervención.

Para 1939 las fuerzas del PRM cargan con Manuel Ávila Camacho. Francisco J. Múgica -el más cardenista de todos- desiste de la candidatura presidencial el 14 de julio de ese año, alegando traición en su partido y un golpe político conservador. Ávila...

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