TOLVANERA / Morena va

AutorRoberto Zamarripa

Morena aprendió la lección del 2021 cuando sufrió un fuerte golpe en la Ciudad de México y perdió la mayoría calificada en el Congreso, apenas disimulado por los triunfos en 12 gubernaturas (incluidos Morelos y San Luis Potosí).

El Presidente dio un golpe de mano. Rompió el esquema de control y negociación política que había sostenido con Julio Scherer Ibarra y Ricardo Monreal, a quienes por diferentes motivos apartó de las encomiendas de confianza, ofreció una amable salida a la ex ministra Olga Sánchez, dio de baja a Santiago Nieto, congeló al fiscal Alejandro Gertz y endureció la marca a los opositores.

Transfirió a su amigo Adán Augusto López la operación política incluida la partidista, colocándolo como pieza fundamental de control que evitó las diversas líneas de competencia y confusión que generaban sus anteriores operadores; abrió campo a Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard y con ello redujo tensiones morenistas.

Un golpe de autoridad para controlar la sucesión presidencial, frenar la sangría morenista y dar por muerta la alianza partidista que lo llevó a la Presidencia en 2018. Redituó. Ya son 22 gubernaturas guindas y una oposición partidista empequeñecida.

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En 2004 Felipe Calderón renunció a la Secretaría de Energía y emprendió por la libre su candidatura a la Presidencia destartalándole a Vicente Fox su plan de poner como sucesor a Santiago Creel. En 2009, Enrique Peña le arrebató a Calderón la iniciativa sucesoria al tomar 19 gubernaturas para el PRI y ganarle la mayoría en el Congreso federal.

A diferencia de Fox, AMLO amarra a sus precandidatos bajo reglas impuestas con demasiada anticipación; a diferencia de Calderón, AMLO remodeló el poder territorial con 22 gubernaturas, dos terceras partes del país, con personajes que le deben el cargo. No hay fisuras.

Todas las proporciones guardadas, el sexenio de Morena vive un momento parecido al momento salinista de 1991 y 1992 cuando el PRI ganó en los comicios intermedios 290 de los 300 distritos electorales y tuvo 62 por ciento de la votación. La expansión territorial, sin embargo, era desigual: PRI y PAN alternaban gubernaturas.

Carlos Salinas colocó a Luis Donaldo Colosio en la primavera de 1992 al frente de Sedesol para perfilarlo como su sucesor. Desde ahí, el sonorense intentó...

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