TOLVANERA / Para hechos

AutorRoberto Zamarripa

El 8 de mayo, el rotativo Daily Telegraph destapó el escándalo de los gastos excesivos y discrecionales de los diputados británicos que ha provocado la caída del presidente de la Cámara de los Comunes, Michael Martin.

A Martin le cuestionan un gasto equivalente a 30 mil pesos por el pago de un chofer escocés que en 12 ocasiones lo llevó a Glasgow, el distrito que representa, e incluyó un viaje al Celtic Park, el estadio del equipo de futbol local. Pero la causa de su dimisión tiene que ver más con su infructuosa decisión de bloquear la difusión de los gastos personales de los parlamentarios.

El escándalo conmociona a Gran Bretaña y no hay parlamentario que se salve. Están documentados gastos para arreglar la alberca, cambiar de tubería, comprarse sillones con masaje o diversos enseres.

El conservador Sir Peter Viggers pagó 35 mil pesos de dinero público en la construcción de una casa para patos montada en una pequeña isla artificial que instaló en su residencia de campo y cargó al erario 10 mil pesos más por concepto de 28 toneladas de estiércol para el jardín donde graznarían las aves. Sus electores no se lo perdonan.

El 27 de febrero, Reforma publicó que el presidente de la Cámara de Diputados, el priista chihuahuense César Duarte, disponía de 144 mil pesos mensuales para gasolina, que alcanzaría para 50 viajes con el chofer escocés del defenestrado Martin o para cuatro casas de patos. El 10 mayo, cuando el escándalo parlamentario crecía en Gran Bretaña, Reforma publicó que los diputados de la Mesa Directiva acumularon 109 viajes, la mayoría al extranjero, con viáticos de 1 millón 852 mil pesos. Duarte viajó ocho veces en ocho meses y tuvo viáticos por 154 mil pesos. ¿Le trajo algo a sus electores? ¿Un llaverito?

Martin renunció y desató una crisis política. Todo por no conocer a Duarte. Ante las revelaciones de sus gastos excesivos, el chihuahuense lanzó una campaña de imagen personal a cargo del dinero de los ciudadanos con un costo de 27 millones de pesos.

Para qué renunciar si podemos pachanguear. Duarte invitó una carne asada y cervezas a reporteros como parte de su campaña de relaciones públicas. Mandil al abdomen atendió en los jardines de la Cámara a los comensales, como si fuera el patio de su casa.

Los británicos no tienen tiempo para fiestas en algún jardín del Palacio de Westminster. Al contrario, piensan en regresar el dinero. El...

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