TOLVANERA / Banana split

AutorRoberto Zamarripa

La esquizofrenia da forma a la crisis panista. Sus militantes cada vez son más de derecha pero están fascinados por las alianzas con el PRD; 7 de cada 10 militantes quieren que Gustavo Madero se vaya de la dirigencia, pero le aprueban sus políticas. Madero es el villano pero el Pacto por México que él impulsa lo avala la militancia.

Conforme la encuesta de Grupo Reforma entre los delegados a la 17 Asamblea Nacional del PAN -de donde se extraen estos datos- la base partidista aboga por una reforma política antes que por una energética pero no comulga con la propuesta de sus líderes de buscar la reelección de legisladores.

Obvio: ven en ello la eternización de sus próceres que brincan cada trienio y sexenio de cargo en cargo sin dar oportunidad a otros personajes.

La 17 Asamblea panista, realizada en medio de una franca pachanga donde los dirigentes tramitaron una reforma estatutaria como si fuera la votación de un menú para la comida, corroboró que la crisis panista es honda. El propósito fundamental de dicha Asamblea era concluir los trabajos interrumpidos en marzo pasado donde las huestes maderistas levantaron a la base para cambiar las normas tradicionales de elección de dirigentes. El nuevo estatuto aprobado contempló desde entonces que sería una votación abierta y secreta entre toda a militancia la que elegiría al nuevo presidente partidista, frente a la costumbre de hacerlo en un Consejo Nacional que reúne a los notables de la organización.

A Madero y sus aliados les urgía buscar formas de legitimación interna tras la debacle electoral del 2012 y de la cual no han hecho el balance debido para encontrar las razones de su desastre.

A la base le dijeron que tendría derecho a votar por sus dirigentes pero en esta segunda fase de la Asamblea simplemente atropellaron sus lamentos. Una votación a mano alzada apabulló cualquier reclamo. Y provocó una encendida reacción que llevó incluso al lanzamiento de cáscaras de plátano contra la dirigencia. Alguna vez, en la explanada de la UNAM le lanzaron huevos a Diego Fernández de Cevallos durante una campaña electoral. Pero eran sus adversarios.

Entre los panistas ya no se llevan con amabilidad. Empiezan por el frutero.

La descomposición del PAN tiene que ver desde luego con su propio extravío en el gobierno federal. Dos sexenios fueron suficientes para dejar huella de distintos actos de corrupción en múltiples oficinas gubernamentales; su paso por Los Pinos sirvió para echar por tierra cualquier...

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