TOLVANERA / Apariencias

AutorRoberto Zamarripa

Una portada no hace gobierno. El problema viene cuando se usa de estandarte.

"Todo está en Maquiavelo sabiéndolo leer", sugería el buen Federico Campbell (Tijuana, 1941-Distrito Federal, 2014). Decía en su necesario libro La invención del poder (Aguilar, 1994) que si Maquiavelo es el padre de la propaganda moderna -y de la antigua- es porque recomienda fingir.

"Lo que importa es la apariencia... No es necesario que un presidente posea ciertas cualidades -la tolerancia, la paciencia, la lealtad, la generosidad-, pero es muy necesario que parezca tenerlas. Fabricar esa imagen es el trabajo de sus propagandistas, pues 'los hombres en general juzgan más por los ojos que por las manos ya que a todos es dado ver, pero palpar a pocos: cada uno ve lo que pareces, pocos palpan lo que eres...'".

La prisa por hacer tangibles las reformas, que aún permanecen estacionadas en la zona de las leyes secundarias y en los parajes de los usos y costumbres, corre el peligro de generar enormes frustraciones donde no será solamente el vendedor de tanques de gas, del spot gubernamental, el único decepcionado.

Las alarmas están siendo reemplazadas por los aplausos, dice el texto de la revista Time al elogiar que, en un año de Presidente, Enrique Peña logró "el más ambicioso paquete de reformas sociales, políticas y económicas que se tenga memoria" y que ahora el interés internacional está puesto en México hasta convertirla en la "nación favorita".

Algo sucede en México que a esa magnitud de los cambios aprobados no corresponde un estado de ánimo de jolgorio o de esperanza. Y ello debería motivar a la reflexión antes que a la propaganda.

Es obvio que las reformas aprobadas por el Congreso requieren de tiempo para su ejecución y resultados. El mundo de las escuelas no ha cambiado súbitamente por la reforma educativa. La energética no desactivó los nidos de corrupción donde está asentada la operación de la política pública. Y en materia de telecomunicaciones bastó un juez para recordarnos que hay obediencias que triunfan y la del juez 32 de lo Civil, José Guadalupe Mejía, triunfó.

"Salvando a México", dice el titular de la revista. Salvar no es lo mismo que sanar. Salvación tampoco es solución. Y el país parece...

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