'Todo el tiempo sentimos miedo'

AutorJorge Ricardo

ZUMPANGO.- La primera mexicana que bajó del avión que llegó de Israel suspiró, se hincó y besó el suelo mexicano. Herminia Solano Sedano, una michoacana de 63 años, que traía una bufanda negra y una banderita de México pintada en la mejilla derecha.

A pesar de lo vivido, dijo que no había sentido miedo de los cohetes de Hamas y los misiles israelíes que comenzó a escuchar el sábado, cuando oraba en el Monte de los Olivos.

"Sentíamos nervios, pero pues miedo no, porque ya estamos acostumbrados, ya ves cómo se vive también aquí", afirmó con una leve sonrisa apenada.

El primer avión de la Fuerza Aérea Mexicana aterrizó por fin en la base militar de Santa Lucía a las 19:05 horas, después de 20 horas de vuelo por cuatro países: Turquía, Irlanda, Canadá y Estados Unidos, desde que salió de Tel Aviv, a 90 kilómetros de la Franja de Gaza, centro desde la mañana del sábado, del horror y la guerra.

El grupo islámico Hamas lanzó ese día más de 3 mil cohetes, ingresó a territorio israelí, asesinó, hirió y secuestró a cientos de civiles, lo que detonó una respuesta imparable de Israel, que bombardea barrios enteros.

Herminia, que había viajado desde el viernes con un grupo de 51 católicos, estaba en la misa de la hora santa en Getsemaní cuando escuchó los estallidos. "No sé de qué bando era, sólo se veían lo foquitos que se ven de lejos", dijo.

La primera en bajar arrastraba su maleta y contó que adentro del avión había bailado emocionada el jarabe tapatío apenas lo pusieron. Suspirando, como todos los 143 del primero vuelo, 30 niños, tres mujeres embarazadas, un equipo de gimnasia, que habían contenido la respiración la medianoche de ayer (hora israelí, nueve más que en México) en el aeropuerto de Ben Gurión.

"Le gritábamos al piloto que despegara ya, porque en el aeropuerto ya había mucha gente armada y teníamos miedo que derribaran el avión", contó Karina Díaz, una nayarita. A otra mujer se le ahogaba la voz cuando decía que en el aeropuerto de Tel Aviv se habían quedado otros 600 mexicanos.

"Me siento como que me debí de haber quedado y también haber venido, porque dejé a muchos seres queridos allá", dijo una joven estudiante con ganas de llorar.

Bajaron entre música mexicana y flashazos, gritaron "¡Viva México!", "¡Sí se pudo!" cantaron con pena y alegría el Cielito Lindo formados junto al avión, con una bandera mexicana. Incluso algunos corearon vivas al Presidente mexicano.

Todos suspiraron. Aflojaron la tensión que soportaban desde la noche del...

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