Todo por los Olímpicos

Llegar a los Juegos Olímpicos y subir a lo más alto del podio es el gran sueño de cualquier atleta, pero además de habilidades y aptitudes, lograrlo requiere de grandes esfuerzos y sacrificios no sólo de ellos, sino de sus familias.

La preparación para llegar a la máxima fiesta deportiva es interminable y extenuante: entrenamientos diarios con sesiones de hasta 8 horas que incluyen lesiones y cansancio.

Detrás de los rostros de alegría y a veces de tristeza que muestran los deportistas hay un gran camino de años de preparación y entrega que no siempre se les reconoce.

La arquera Mariana Avitia, medalla de bronce en Londres 2012; el velocista José Carlos Herrera, quien asiste actualmente, por segunda ocasión a los Juegos Olímpicos, y el martillista Diego del Real, quien participará por primera vez en una competencia de este tipo en Río de Janeiro, narran el trabajo que han tenido que hacer durante años para lograr figurar en el deporte mundial.

1 'SE TIENE QUE HACER'

Estar lejos de sus seres queridos o perderse eventos familiares no es un sacrificio, coinciden Avitia, Herrera y Del Real.

"Es algo que se tiene que hacer para poder lograr las metas", expresa Herrera, de 30 años, quien participará el martes 16 de agosto en la prueba de 200 metros planos en Río de Janeiro.

"Sabemos el compromiso en el que estamos, sabemos lo que requiere. Esta meta muy pocos la entienden, no entienden lo que se tiene que hacer".

Aunque para Avitia al principio sí fue complicado estar lejos de casa, pensar en la gloria olímpica, que alcanzó hace cuatro años con la medalla de bronce en la prueba individual de su disciplina, la hizo entender lo que implica ser un atleta de alto rendimiento.

"Al principio pues sí fue difícil, fue complicado, pero te vas acostumbrando conforme pasa el tiempo y todo es por un sueño", dice.

"No los veo como sacrificios porque es lo que me gusta hacer, pero sí era muy difícil estar fuera de mi casa, no estar todos los días con mi familia, pero era solamente por un tiempo".

Para Del Real, quien vive en Río su primera experiencia olímpica, estar presente en esta competencia lo es todo.

"Uno como atleta decide, es un camino. A veces no tenemos vacaciones, pero tenemos la dicha de estar disfrutando la máxima fiesta mundial", afirma el joven de 22 años, quien desde los 13 practica el lanzamiento de martillo.

"Si lo ponemos en una balanza, lo que uno sacrificaría no se compara con lo que uno goza al momento de estar en ese .0015 por ciento de...

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