De todo corazón consejos humanos

Concha y Virote confunden a Churro

Tía, me encuentro entre la espada y la pared, así que urge me des un consejo. En mi trabajo hay una chica, a la cual llamaré concha, que me gusta muchísimo. Desde que llegué a la panadería me enamoré de ella y todo el tiempo me la pasaba mirándola cuando despachaba a los clientes.

Es una chava de un estilo un poco locochón, con un mechón rubio, cabello corto y un cuerpo de tentación, chaparrita, pero bien dada. El caso es que siempre que decidía declararle mi amor, nunca me atrevía a dar el paso y se me fue pasando el tiempo a pesar de que ella no se mostraba indiferente conmigo.

Un día entró a trabajar un nuevo panadero, al que llamaré de cariño Virote. De inmediato agarré la buena onda con él, cotorreamos muy seguido y hasta me cuenta las aventuras con sus chavas, porque tiene varias. La cosa es que cada que estoy con este don Juan ya ni me acuerdo de Concha, por lo que estoy muy confundido.

Me podrías ayudar porque ahora sí que estoy entre la Concha y el Virote. Me estaré volviendo gay.

Tu sobrino el Churro

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Querido Churro, las personas no se vuelven gay. Lo descubren, pero no es como algo que ocurre por generación espontánea. Una cosa es que te sientas muy a gusto con el Virote y otra cosa es que te sientas dispuesto a "comértelo" o a vivir con él una historia de "y vivieron felices para siempre el Churro y el Virote". Es posible que hasta sientas envidia de sus aventuras amorosas y es más admiración que atracción la que sientes por él, ya que tú ni siquiera te atreviste a decirle algo a tu compañera Concha, ahora sí que aunque te denomines Churro te hiciste rosca, a pesar de que dices que te atrae por su estilo. ¿A qué se debe que no te hayas atrevido a decirle algo a Concha? Y nada tiene que ver con estar deslumbrado por Virote, tal vez lo único que admiras, insisto, es su habilidad para contar aventuras amorosas con chavas, además, ¿quién te dice que no todo es puro choro? Hay un dicho que dice: "Dime de qué presumes y te diré de qué careces". En resumen, que no te deslumbre la el fuego del horno.

Ya no aguanta estar en el clóset

Tía Remedios, quiero hacerte una confesión; desde los 8 años tuve relaciones con un chavo de 13 años y la verdad es que me gustó mucho; nos íbamos a los rincones a besarnos a escondidas y luego nos metíamos a los baños a acariciarnos. En la actualidad, 10 años después de esas primeras experiencias quiero salir del clóset, pero temo que en mi familia no me acepte o...

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