Al Tiro / Obras extras (2)

Quince millones de pesos. Se dice fácil, pero es una cantidad que la gran mayoría en este País –y hasta de este perro mundo– jamás verá (“veremos”) en vivo y a todo color, como no sea que aparezca de milagro un camión blindado transparente, o que entren a trabajar en casa de algún mafioso oriental, de los que gustan guardar millones de dólares en el clóset, temiendo que los banqueros sean en conjunto un ladrón que roba a ladrón...

Quince millones de pesos. El valor de un edificio entero de apartamentos de interés social. O un par de cotos medianamente construidos. O varias decenas de las cascaritas que construyen a toda prisa en Tlajomulco y Tonalá. O diez buenas casas, en colonias “decentes” (tan decentes que es ahí donde viven narcos en ascenso, líderes sindicales de medio pelo y funcionarios menores). O cinco casotas en Valle Real, fundo de la cúpula priista y jerarcas universitarios. Quince melones: apenas el costo del cuarto de servicio que construye, en su palacete de Careyes, Arturo “los derechos humanos no son para las ratas” Montiel.

Y perdonen que me desvíe, pero, ¡ah, qué Montiel! “Los derechos humanos no son para las ratas”... ¡Ja ja ja! ¡Eso es sentido del humor! ¡Con más de 200 millones de pesos tan sólo en las casitas que le han hallado! Claro que los derechos humanos no son para las ratas: existiendo la impunidad, ¡para qué los quieren!

Volvemos a nuestra programación: quince millones de pesos. Pesos más, pesos menos (y tengan por seguro que acabarán siendo más), eso es lo que costará el chistecito del colector que se lesolvidó construir justo al lado del túnel vehicular de López Mateos, entre Las Rosas y...

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