Al Tiro / De a montón

AutorPaco Navarrete

Tienen buena música, grandes películas y los mejores comediantes, pero lo malo de vivir en la era del imperio gringo son sus líderes; simplemente, y disculpen la vulgaridad, pero son como las quesadillas de Toluca: se pasan de chorizo.

Es que, la verdad, que vayan y montoneen a Saddam, vale: al fin y al cabo todos estamos de acuerdo en que los adjetivos que el "Wash and Wear", de los Polivoces, le propinaba al "Mostachón", también aplican al ex dictador iraquí: rata inmunda, alimaña ponzoñosa... en fin. Pero aunque fuera malo o muy malo, estamos hablando del Presidente de un país, reconocido hasta por los mismos gringos incluso durante la invasión y hasta el momento mismo en que decidieron que ésta había sido un éxito (aunque eso del "éxito" suena muy relativo).

¿Y ahora qué? Que lo sacan barbón, socroso y lampareado, como indigente a punto de ser levantado por la patrulla, por haber estado escondido en un aljibe -por suerte el SIAPA de allá es todavía peor que el nuestro y los tandeos duran meses, si no, lo sacan haciendo gárgaras-; luego lo revisan como a res rumbo al matadero -¿por qué será?-, y todavía se dan el lujo de permitir a sus guachitos de tercera categoría emitir declaraciones como: "Sabremos si realmente le cortamos la cabeza a la serpiente o si se trata sólo de un idiota escondido en un agujero".

¿Pos qué pasó con ese respetito? Parece que ya se les olvidó la heroica jornada del Bush chico durante el 11 de septiembre del 2001: escondido donde no lo hallaba ni su señora. Claro que ahí se trataba de asegurar a su líder ante una...

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