AL TIRO / Mal y con las patas

AutorPaco Navarrete

Ah qué el gobierno de Jalisco y sus intentos de ordenar el parque automotor del estado y su nube de contaminación: dan un paso para adelante y uno para atrás, y así creen que avanzan.

Ni cómo ayudarles.

Apenas me aprestaba a aplaudir su mensaje de la semana pasada, que van a obligar a autos foráneos a pedir permiso para circular en el área urbana de la capital del estado. Éste serviría por un lapso de, digamos, dos meses.

Según esto, se podría solicitar otro en el transcurso del año, también gratuito. Pero aquellos que viven aquí o vienen seguido, tendrían que pasar por la verificación ambiental de su automotor.

Eso no solo me parece bien: se quedan cortos. Porque no es ningún secreto que abundan los pasados de lanza que aquí residen y sacan placas de otros estados para ahorrase un dinero, pero también para evadir multas por montón: por contaminar, por estacionarse en zonas indebidas o, más grave, por exceso de velocidad, entre otras lindezas.

¿Por qué estoy de acuerdo? Por la dichosa igualdad ante la ley. Ahora sí que o todos coludos o todos rabones.

Y apenas me aprestaba a ponerme de pie para aplaudir la justa aunque insuficiente medida... cuando salieron con su batea de babas.

Empezaron por encarecer el registro de autos y se siguieron con un aumento a las multas de vialidad. Todo esto, no está de más decirlo, no viene acompañado de medidas que favorezcan el uso de otros medios de transporte, por lo que no hay más opción que pagar más.

En pocas palabras, no son medidas para regular el monstruoso tráfico citadino, mucho menos para abatir la contaminación: son medidas recaudatorias.

¿Y así quieren que votemos por salirnos del pacto fiscal y que la Gloriosa República Mocha de Jalisco cobre sus propios impuestos?

De nuevo: las mejores medidas son las que convienen a la gente, y las adopta por eso, no las que la arrinconan. Y ninguna medida de tránsito supera a la de ofrecer el mejor y más digno servicio de transporte público posible.

¿Ya lo tenemos? No me hagan reír... o llorar.

Después viene todo lo demás: bicicletas, patines o lo que sea.

· MOVIMIENTO INMOBILIARIO

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