AL TIRO / El lío de CNTE

AutorPaco Navarrete

La importancia de leer entre líneas: el domingo 19 de junio se enfrentaron las policías federal y del estado de Oaxaca con afiliados y simpatizantes de la CNTE en varios puntos de la entidad. En Nochixtlán se produjo el saldo más grave: al menos seis personas perdieron la vida.

La versión oficial da fe de un operativo en la autopista a Puebla para remover por un bloqueo. La confrontación derivó en una batalla campal que duró cinco horas y culminó en una balacera.

Se reportaron además 108 lesionados. De ellos son 41 policías federales y 14 estatales -ocho agentes con heridas de bala-, y 53 civiles.

De los daños materiales no hay un recuento oficial, pero al menos pueden mencionarse dos tiendas saqueadas -un Oxxo, una Coppel- y unas oficinas de Capufe. Tres camiones volteados y otros dos quemados, con todo y los pollos vivos que transportaban.

Además, se da cuenta de un reportero y otra persona ejecutados a balazos, no está claro si en la heroica toma del Oxxo o en el crucero de Juchitán.

Por supuesto, vistas así las cosas, es indignante e insostenible la posición de la sección sindical.

Pero según la versión de la CNTE, es un capítulo más de represión a sus legítimas protestas por una "reforma educativa" que no es otra cosa que un ataque al magisterio: la apertura a la privatización de la educación pública y una cacería de brujas a sus líderes.

Ante la cerrazón gubernamental al diálogo, no han tenido otra opción que lanzarse a la vía pública, con el apoyo del pueblo de Oaxaca. Y la violencia comenzó cuando las corporaciones policiacas atacaron, con gas lacrimógeno y poco después con balas. No antes.

Para acabarla de... complicar, el gobierno primero negó, de manera torpe y hasta cobarde, el uso de las armas hasta que acabó rindiéndose ante la evidencia. Se utilizaron balas, sí, pero sólo para responder a la agresión.

Y aquí el Gobernador Gabino Cué metió su cuchara, buscando mediar una salida al conflicto, concediendo que quienes dispararon no fueron los profes, sino militantes de organizaciones radicales afines al movimiento, de siglas como FPR, FIOB, Codep y MULT.

En esto hay cierta coincidencia entre las partes. La CNTE también habla de infiltrados... pero del gobierno.

De ahí, insisto, la importancia de leer entre líneas.

La posición de la sección sindical es de dudosa legitimidad desde el momento en que decide afectar a terceros con bloqueos, asaltos y vandalismo. Y la estrategia que está siguiendo el gobierno federal...

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