Al Tiro / Fraccionar para todos

AutorPaco Navarrete

La línea que separa el interés común del de unos cuantos no es delgada, es más bien ancha, y por lo mismo sus bordes son muy difíciles de delinear. De hecho, ambos se traslapan y cuando llega el momento de separarlos, resulta más difícil que distinguir a Pili de Mili, o para los nacidos después, a Ivonne de Ivette.

El asunto es el desatado crecimiento de la ciudad, no sólo el que devora las antiguas y dizque generosas tierras de labrantío de este valle, sino el que se ha dado puertas adentro. Me llaman en particular la atención que los temas locales de esta semana en MURAL, Público, y hasta un reportaje de Radio Universidad traten, precisamente, del caos urbano: tiraderos ilegales en El Salto, el tejemaneje de los terrenos aledaños al Trompo Mágico, y la "bomba de tiempo" de salubridad que es el antiguo basurero de Las Juntas.

No es ninguna novedad que la forma en que se trabaja en este país es reactiva: cuando los problemas nos ahogan, empezamos a buscar salvavidas. Siempre ha sido así, y no se ven trazas de que vaya a cambiar pronto, ni siquiera con el "gobierno del cambio". Pero lo que sí enoja es, precisamente, que ni siquiera se intente buscar algo del bien común cuando se aprueban negocios para unos cuantos.

Que conste, y ya lo he dicho: no estoy en contra del muy humano interés de ganar un buen billete, pero se supone que es el Gobierno el que atempera el asunto y busca que, aunque sea de un modo muy sutil, los demás nos beneficiemos. Caso concreto: el fraccionamiento que ya se construye, y que por supuesto está en venta, justo donde se situaba la antigua...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR