AL TIRO / Cuesta arriba

Como en el inmortal tango argentino del mismo nombre, cada años por estas fechas arrastramos huesos, cuerpo y cobija ya no con ánimo de empezar bien el año, sino tan siquiera de salir el mes enteros y con relativa integridad.

Y el ánimo no mejora al revisar los recortes de periódico que quedaron por comentar: el mero 24 de diciembre, a horas justas antes de la Noche Buena, aparecen publicadas las declaraciones del Vicario General de esta diócesis, Ramiro Valdés: que dar limosna es perjudicial y si la gente quiere hacer un bien, mejor le de el dinero a la Iglesia. O sea que el tullido ("persona con habilidades especiales", diría la corrección política) que mendiga en el semáforo, y la viejita chimuela ("adulta mayor con oquedades dentales") que a duras penas se arrastra por la banqueta, son para la tan necesitada, tan generosa Santa Madre Iglesia, sólo competencia desleal.

Y estampa su firma con esta frase, de antología: "Considero que muchas mujeres que están a las puertas de los templos, con muchos niños, pues deben tener marido. ¿Cómo tienen hijos? Si son sus hijos verdaderamente, entonces tienen pareja que los esté engendrando".

¿Qué, de veras, nada más les enseñan catecismo en el seminario? Una ligera explicación de las duras verdades de la vida no le haría daño al buen hombre. Y la inscripción a una prepa abierta, tampoco.

Y hablando de limosnas y caridad, no había ni acabado el año y la UdeG ya andaba perreando algunos milloncitos por aquí otros por allá: es que tienen hartos propósitos de año nuevo, y "ocupan" que no dejen de pasarles corriente, porque con tanto proyecto y con tanto funcionario parauniversitario se les agotó la batería y su carro completo nomás no arranca a empujones: pesa...

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