Al tiro / Adiós a los puentes

Así como el último de los mohicanos enterró a su hijo y echó un puñado de tierra a los cuatro vientos (bueno, no sé: yo nomás vi la película), ya podemos ir despidiéndonos de esos inventos prodigiosos de nuestra ingeniería vacacional, los mexicanísimos puentes.

Me refiero, por supuesto, a los días feriados que se unen a los del fi n de semana, a veces mediante un día que, en teoría, debería ser de trabajo, pero que de inmediato pasan a ser considerados "merma", quedando así instituido un delicioso puente vacacional de tres, cuatro... ¡y hasta cinco días!

Esto, claro, suena ya cada vez más lejano, exótico, para quienes han crecido en estos tiempos globalizados, neoliberalizados y descafeinados: ahora se trabaja en Navidad, el Día de la Independencia y, horror de horrores, hasta en el Día del Trabajo.

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Entonces, decía yo, eran otros tiempos: se trabajaba por jornadas, se tenía derecho al Seguro Social (y éste no era la infamia que ahora sufrimos), y se esperaba con sabia paciencia el día de jubilación. Ahora no. Trabajamos a destajo, quienes tenemos la suerte de tener trabajo, eludimos al Seguro Social hasta que no hay de otra, y no paramos de trabajar hasta que prácticamente nos acuestan con zapatos. Es decir, nos meten al estuche... Nos cafetean y nos entierran, pues. Ya nadie se puede dar el lujo de jubilarse: las pensiones son miserables. Sólo se jubilan los que tienen mucho dinero.

Y curiosamente, son los mismos que no tienen necesidad de trabajar, así que, ¿de qué se jubilan?

Pero dejemos esas disertaciones para otra ocasión. Ahora nos referimos a los mexicanísimos puentes, otra especie en vías de extinción ( junto con los peatones tapatíos y los católicos que le hacen caso a los curas y no usan anticonceptivos).

Los puentes están desapareciendo por dos razones:

  1. - A como está hoy en día el empleoy la competencia comercial, el que no trabaja no come, y 2.- Entre descansar o comer, la gente sigue...

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